Lucía Pidal todavía no se cree que en septiembre va a subirse a un avión con destino Canadá para estudiar allí todo su primero de bachiller gracias a una beca concedida por la Fundación Amancio Ortega, el dueño del imperio textil Inditex. Tiene 15 años, vive en Villaviciosa y estudia en el Instituto de Luces (Colunga), desde donde cuenta que la experiencia va a ser muy positiva. "Creo que te ayuda a ser más independiente y prepararte para el futuro, para no estar todo el día pegada a tus padres y esperar a que te lo hagan todo", explica la alumna, a quien le gustaría estudiar una ingeniería o arquitectura.

Pidal supo de la beca por una amiga y compañera de clase junto a la que acudió para hacer el primer examen, en Oviedo, en el que realizaron "una prueba escrita de comprensión lectora y escucha". Pasó la criba y el pasado 13 de enero llegó la segunda fase, "una exposición de un máximo de tres minutos sobre un tema de mi elección y una serie de preguntas", rememora. La maliayesa eligió la historia del chocolate y compartió con sus entrevistadores que "siempre me ha llamado mucho la atención Canadá y me apetece conocer gente nueva. Por otra parte, es un reto para mí estar en un país donde no se habla mi lengua materna".

Pidal rompió a llorar cuando a finales de aquel mes le confirmaron que la beca era suya. Diez meses con todo pagado, cien euros mensuales para gastos y los viajes de ida y vuelta. Eso sí, no podrá regresar a su casa "ni en Semana Santa ni para Navidad. Me voy a finales de septiembre para volver sobre junio", explica. La joven no sabe cómo va a llevar estar tanto tiempo alejada de su familia y amigos, pero imagina que "al principio va a ser difícil" y con el tiempo se acabará acostumbrando. "Me han dicho que cuando llegue tendré una etapa de frustración porque no me voy a poder comunicar y me va a cansar mucho intentar comprender lo que me dicen, que estaré como más cerrada", expone Pidal con gran madurez. Reconoce que nunca fue "especialmente apegada a sus padres", que están "muy contentos de que vaya a ver mundo y a practicar inglés". Cursará allí primero del Bachillerato Tecnológico y cuando finalice, "en principio", volverá al Instituto de Luces. La joven estudiante es poco amante del deporte, pero le gusta mucho escuchar música y lee muchísimo. "Por temporadas, depende de cómo me dé, también escribo", añade quien tiene por delante un año que seguramente inspirará más de una página de su vida.