Los alisos que dieron el nombre a la localidad riosellana de L'Alisal, en la ribera del Sella, se están muriendo. Los vecinos no saben por qué, aunque sospechan que "tiene que ser la contaminación del agua, porque los únicos que se salvan son los más alejados del río", describen Estela Rosete y Pedro Blanco. Son sólo dos de los habitantes de esta vega que han visto cómo últimamente los árboles que fueron testigos de su vida se están secando.

"Esto estaba lleno de alisos, había muchísimos, por todos lados", explica Blanco, quien empezó a observar el problema hace unos "cuatro o cinco años". Estela Rosete, que nació y se crió en la zona, cree que en el último año se acentuó mucho". Ni en lo que se conoce como "La Alisera" ni en zonas como "La Cabaña la Güelga" quedan apenas alisos vivos, un árbol caducifolio y propio de lugares húmedos. Es un árbol que no da fruto pero que los lugareños utilizaban para fabricar madreñas, pues es una madera "más ligera, no pesa mucho", apunta Blanco, antes de recordar al barquero de L'Alisal, José Ramón, cargando "rolles" para hacer zapatos de madera. También vio cómo los maderistas se los llevaban "con raíz y todo para el aserradero" y ahora está igual de intrigado que sus vecinos por lo que está ocurriendo.

La Mediana ha sido tradicionalmente una zona agrícola y cada vecino hacía en su propiedad una "sanja", una especie de canal que ayuda a desaguar el río para secar la tierra y poder sembrar y en la que, a su vez, era frecuente ver nacer alisos. "No es un árbol muy longevo, pudrían unos y nacían otros, pero los nuevos también están secando", expone el vecino, quien lo vio en una de sus propiedades.

Una de las hipótesis apunta a que estos canales o "sanjas" están tupidos por la falta de actividad agrícola y, al no desaguar, las inundaciones -que contienen agua del mar- son mayores y más frecuentes y podrían estar afectando a estos árboles.

Otra apunta a la posible influencia de los vertidos fecales que denunciaron los pescadores deportivos la pasada semana, relacionados directamente con la estación depuradora, en las inmediaciones de una de estas alisedas muertas.

El problema fue expuesto por el portavoz del PP local, Juan Manuel Blanco, en la comisión que la Corporación tuvo esta semana y la alcaldesa, Charo Fernández Román, de Foro, realizará una consulta ante Medio Ambiente para ver si limpia estos canales o permite que el Ayuntamiento retire la porquería. Por otra parte, los grupos votarán en pleno remitir la petición a la Consejería de Medio Ambiente en un intento de salvar una de las señas de identidad de la ribera riosellana.