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Ribadesella vigila el mar

Alumnos del Instituto Avelina Cerra colocaron ayer dos sensores en sendas embarcaciones que medirán la temperatura del agua

Acuña, el profesor Francisco Cortes y Ángel López buscan la mejor ubicación para el sensor que el joven Asur Martín sujeta entre sus manos. P. M.

Son estudiantes de cuarto de Secundaria en el Instituto Avelina Cerra de Ribadesella pero también colaboradores del Centro Oceanográfico de Gijón en un proyecto que pretende analizar el impacto del cambio climático en las aguas del Cantábrico. Participa también la Universidad de Oviedo y Laboral Centro de Arte y la iniciativa dio ayer un paso decisivo.

Los alumnos colocaron, en compañía de profesionales de las dos primeras instituciones, dos sensores en sendas embarcaciones, una de pesca profesional y otra de recreo. Antes de pasar a la acción tocó dar los últimos retoques a los sensores que ellos mismos fabricaron y manejaron. En una caja cerrada y pegada a la embarcación con un velcro especial colocaron los dispositivos tecnológicos que recogerán la información proporcionada por el sensor, la almacenarán y la enviarán a un servidor web. También incluye, por ejemplo, "una placa solar que alimente la batería y almacene la energía para que funcione incluso de noche o si está nublado", explicó Ángel López Urrutia, del Centro Oceanográfico de Gijón.

De esta cajita sale el sensor, que estará en contacto con el agua y medirá, de momento, la temperatura en la ruta que realicen el "Nuevo Mar Azul", del pescador riosellano Emilio Peñil, y una embarcación de recreo. En las próximas semanas equiparán al sensor para que también mida "la fluorescencia, la cantidad de clorofila que hay en el agua del mar" y por tanto la cantidad de plantas microscópicas, explicó López Urrutia.

El dispositivo fue instalado ayer por la mañana en el barco de recreo y por la tarde en el profesional y enviará los datos en tiempo real a un servidor al que los alumnos tendrán acceso. El proyecto es interdisciplinar, porque intervienen diferentes materias: los sensores acabaron de montarse en la clase de Tecnología y será en Matemáticas donde los estudiantes analizarán los datos que les van facilitando.

A esto les ayudarán desde el Centro Oceanográfico pero también desde el Observatorio Marino de Asturias, dependiente de la Universidad de Oviedo, al que pertenece José Luis Acuña, también presente en la colocación de los sensores ayer. La tercera pata del proyecto será artística y correrá a cargo de Laboral Centro de Arte, donde se encargarán de dar una interpretación más subjetiva y creativa a los datos que recojan los sensores.

Además del instituto riosellano participan en el proyecto un instituto de Navia y otro de Gijón. Pretende acercar la investigación científica a la comunidad educativa y a la sociedad y a la vez hacerles partícipes de la misma.

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