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GEORGES VERHULST | Entomólogo, fotógrafo, naturalista y viajero | Diálogos orientales

"La afición a las mariposas es una droga: lo pruebas y te enganchas"

"La banca me ha desilusionado mucho; estoy contento de haberme jubilado en 2008, cuando estalló la crisis"

Georges Verhulst bajo el "puente romano" de Cangas de Onís. P. M.

Georges Verhulst (Bruselas, 1949) se define como entomólogo, fotógrafo, naturalista y viajero. Estas son las cuatro pasiones a las que dedica el tiempo libre que le dejó su jubilación anticipada de la banca.

-¿Hizo la maleta al día siguiente de jubilarse?

-No, empezamos antes. En el libro de Tintín "El templo del sol" aparece Perú y cuando tenía 27 años fuimos a conocerlo. Desde entonces y durante los siete u ocho años siguientes hicimos un viaje grande anual. Luego nació nuestra hija y lo dejamos hasta que hace quince años lo retomamos.

-¿Cuál es su filosofía de viaje?

-El contacto con la población es muy importante, es una riqueza poder conocer otras formas de vivir y otras personas. Esto es fácil en América del Sur porque conozco el idioma y también en Vietnam, donde mucha gente habla francés. Pero en China por ejemplo es imposible relacionarte con la gente que vive allí.

-Ha conocido México, Cuba, Estados Unidos, Canadá, Argelia, Marruecos, Sierra Leona, Turquía, Tailandia... ¿con qué país se queda?

-El país más bonito que he visitado es Perú, con el que además tengo una bonita historia. Mi mujer es de Tornín, en Cangas de Onís, y emigró junto a sus padres a Bélgica. Llegaron el mismo día que otra chica del mismo pueblo, que se casó con un español también el mismo día en que nosotros dos contrajimos matrimonio. Cuando hicimos treinta años de casados viajamos a la Borgoña francesa y cuando se cumplieron cuarenta a la otra pareja le apetecía salir de Europa. Lo celebramos en Perú.

-¿Y si tuviera que quedarse con un lugar?

-El Machu Pichu, que he visitado en tres ocasiones, es impresionante, pero el sitio más impactante en el que he estado es el Gran Cañón, en el norte de Arizona, en Estados Unidos.

-Se jubiló de la banca en el año 2000, cuando la crisis aún ni se intuía, ¿qué le dice su experiencia y perspectiva?

-Estoy contentísimo de haber estado jubilado en 2008, cuando estalló la crisis. Yo trabajé en la época donde la gente estaba contenta con el servicio que le prestaba su banco, los empleados también y la dirección también, porque además teníamos buenos resultados. Ahora los clientes están fastidiados, los empleados exprimidos y los accionistas tampoco están contentos. Todo me ha desilusionado mucho. No quiero ni imaginarme lo que ha tenido que ser contarle a un cliente que la acción que le recomendé comprar hace un año ahora se ha dividido por dos o por tres. Me habría sentido muy mal.

-¿Ha sido culpa de los banqueros, de los estados, de los ciudadanos?

-Pienso que somos una sociedad desequilibrada en muchos sentidos. En el dinero, el trabajo, la juventud... y también está en la naturaleza, es parte de ese desequilibrio general. A veces temo estar haciéndome viejo, porque siempre pienso de forma positiva y ahora me sorprendo pensando de manera negativa.

-Es un auténtico especialista en mariposas y en concreto en las que viven en el parque nacional de los Picos de Europa, ¿corren ellas peligro?

-Las mariposas viven desde a nivel del mar hasta los 2.000 metros o más. Arriba, en el monte, no hay muchos problemas, allí todavía se guarda el equilibrio natural. Es aquí abajo, donde vivimos los humanos, donde es peligroso. Por un lado la falta de mantenimiento de fincas que antes eran agrícolas va en detrimento de la biodiversidad, un aspecto de vital importancia y cada vez más empobrecido. Y por otro el uso de pesticidas es muy perjudicial. Después de muchas protestas ahora parece que han dejado de usarse, pero aún así tareas como la limpieza de carreteras deberían hacerse teniendo en cuenta esta biodiversidad.

-¿En qué sentido?

-Por ejemplo en el caso de las mariposas cada especie toma los nutrientes de una planta, por así decirlo. Por eso sería mejor segar un lado de la carretera en otoño y el otro en primavera, para que las plantas tuvieran tiempo a desarrollarse.

-Documentó más de 120 especies diferentes en los Picos de Europa, ¿cuáles destacaría?

-La agriades pirenaicus es la más típica del parque y se encuentra aquí, en Somiedo, en el Pirineo y en Turquía. Entre estas poblaciones no hay nada. Es pequeña y gris, aparecerá en julio durante un mes o mes y medio y luego se acabó. Por otra parte, en Amieva hay una especie rarísima, protegida por todos los convenios del mundo, y hemos enseñado a los guardas del parque a reconocerla. Esto de la afición a las mariposas es un poco como una droga, en cuanto lo pruebas te enganchas.

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