Adrià Llorens es un niño de pocas palabras, pero de buena puntería. Este catalán de 11 años fue subcampeón de España de tiro con arco de recorrido de bosque 3D el año pasado y este fin de semana busca la victoria en el Campeonato nacional que se celebra en Colunga. Como él, más de un centenar de arqueros llegados desde 12 comunidades autónomas hicieron ayer frente a la lluvia para acertar en las dianas con formas de animales que la organización repartió por el bosque. Un jabalí y un corzo fabricados con material gomoso a tamaño real fueron sólo algunos de los blancos a los que dispararon participantes como el madrileño Oliver Iglesias. "Es un hobby familiar, apto para todas las edades, que engancha mucho. Yo he venido con mi hija", explicó Iglesias, que formó "patrulla" para resolver las dianas junto con Antonio Díaz y los catalanes Miguel Ángel Jiménez y Laureano del Paso.
Lo que más engancha a los jóvenes Pelayo Alonso (del Texu de Avilés) y Josemi Tejada (del Destierro del Cid de Castellón) es "estar en la naturaleza y darle a los bichos". La misma opinión comparte su compañero de patrulla, el madrileño Javier González (del club El Bastión), de 12 años, que, además de arquero experto en tiro instintivo, es cetrero. "Tenemos dos flechas personalizadas. Si le das en el corazón al animal ganas 10 puntos, en el pulmón, ocho, y en zonas menos vitales, cinco", explicó el niño.
Lo que más destacan veteranos como el ovetense Juan Hernández (del Clan del Oso) es "la diversión" que proporciona. "Empecé a practicar con precisión hace medio siglo, pero ninguna modalidad es más entretenida que esta porque las dianas con fauna cinegética en 3D son muy realistas", apuntó este competidor de 73 años antes de iniciar el recorrido de casi cuatro kilómetros por el boque. Su compañero de patrulla Josep María Escandell destacó lo "bonito que es disfrutar de este deporte en plena naturaleza y haciendo senderismo".
Pero el tiro con arco de recorrido de bosque 3D no es sólo cosa de chicos, como prueba la participación de Elisa González-Ripoll, que a sus 9 años lleva dos practicando. "Al principio cuesta, pero luego está muy chulo", concluyó.
