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Sanción a un campeón de la caña

El francés Guy Roques, leyenda viva de la pesca fluvial, recibe la primera multa de su vida en el Cares, en lo que considera "una injusticia mayúscula" y "un atropello"

Guy Roques, ante la playa de Troenzo, en Celoriu (Llanes). EMILIO G. CEA

El francés Guy Roques, leyenda viva de la pesca con mosca a nivel mundial y amante de los ríos asturianos desde los años setenta, alza la voz ante lo que considera "una injusticia mayúscula". Desde el pasado mes de junio ha dejado de pescar en el Cares y el Sella, ríos que, en gran parte, han alcanzado enorme fama y prestigio mundial gracias a sus múltiples publicaciones y artículos en revistas especializadas. Roques asegura estar muy triste por lo que considera "un atropello", ocurrido el pasado 21 de junio. Ese día el legendario pesador francés, de 78 años, acudió a pescar al coto parcial del río Sella Los Espigones. Era la segunda vez que tiraba la caña este año tras inaugurar la temporada asturiana en la zona baja del Cares. Por causas que considera injustas un guarda retiró a Roques sus aparejos y redactó una multa. Considera lo ocurrido "una injusticia" y pide que una mejor señalización de las zonas de pesca.

Días antes de que tuviese lugar en incidente en el coto de Los Espigones Roques se acercó a Arriondas para sacar su licencia. "Pregunté si había cambiado algo en relación al año pasado". Las condiciones, según explica, eran las mismas: los cotos funcionarían los martes y los miércoles y el resto de días la pesca sería libre, salvo los lunes y jueves, cuando el río permanecería cerrado. "Decidí, el primer día de pesca del año en el Sella, ir a zonas bajas. Al ser martes y un día de pesca libre había mucha gente. Me metí por un camino en Triongu y no vi ninguna tablilla que dijese que era zona acotada ni a la mitad del coto ni en el límite con el siguiente. El reglamento dice de manera clara que se debe señalizar en los dos extremos y en el medio", explica el mítico pescador francés.

En esta zona de fácil acceso, Roques se dispuso a practicar la pesca con mosca afín de capturar reos y truchas. "Eran aproximadamente las 20.30 horas. Es una zona de fácil acceso. Tengo dos caderas artificiales", señaló. A los quince minutos de tirar los aparejos llegó un guarda. "Me pidió el carnet y la licencia y me obligó a salir del río", explica Roques. "Me solicitó la licencia de coto. Contesté que era una zona libre y que no había tablilla que dijese lo contrario. Me contestó que la zona libre era la de Omedina y pedí disculpas por el supuesto error. El guarda me dijo que me tenía que denunciar", añadió.

La primera jornada del año en el Sella acabó así con una multa y con su caña, el carrete y la cola de rata, material valorado en unos 500 euros, confiscado. "La disculpa que me puso para multarme era que en cada coto había tres pescadores y molestaba. Yo soy un pescador con mucha experiencia y jamás me he puesto a pescar junto a otro", dice. Aún no ha recibido la sanción, que calcula rondará los 600 euros. Es la primera vez que recibe una multa en su vida por pescar.

"He hecho mucha publicidad de Asturias y de sus ríos desde 1972 por todo el mundo, escribiendo libros y artículos. He explicado mi caso a otros pescadores de la zona y dicen que es increíble que me multen por lo ocurrido. Desde ese día no he vuelto a pescar. He cogido un gran disgusto. Llevo muy mal que me quitasen la caña. En mi país eso no ocurre", explica.

Considera lo ocurrido como una equivocación que "no merece tanta historia ni sanción". Dice que tiene pruebas fotográficas de la ausencia de paneles en los límites del coto, tal y como marca la ley, y cree que el guarda "vino con la idea de multarme al ver que la matrícula del coche era francesa", sostiene. Pese al disgusto, asegura desde el camping de Troenzo en Celoriu, donde pasa el verano, que nadie le quitará la ilusión de pescar en Asturias.

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