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Silfredo tira como una moto

El promotor de La Travespera, veterano y polifacético deportista, cultiva su pasión por las dos ruedas y es clave en las celebraciones navideñas

Silfredo Torre, sobre "La Pelayina". J. M. CARBAJAL

Silfredo Torrado Fernández, natural de Grado aunque criado en Gijón, lleva residiendo en Cangas de Onís desde 1984, año en el que arribó a la ciudad oriental al pasar a formar parte de la Sección de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de la Guardia Civil. Su tremenda afición al mundo de las motos propició que fuese el ideólogo e impulsor de La Travespera, una de las marchas lúdico-deportivas para Vespas y Lambrettas con más tirón de cuantas se suelen organizarse en este país.

Desde muy joven, Silfredo Torrado, que cuenta con 53 años, destacó en diversas disciplinas deportivas. Fue mediocentro en el juvenil del Revillagigedo gijonés, campeón de Asturias de culturismo en 1982 y atesora una amplísimo palmarés en deportes de invierno, siendo varias veces campeón de España de esquí alpino. Sin embargo, la gran devoción de ese moscón afincado en Cangas de Onís guarda relación directa con las dos ruedas y el motor. Tiene nada menos que once motos -siete de ellas Vespa, de diversos modelos y antigüedad-, máquinas que cuida con sumo mimo y todas bien preparadas.

Corría el 28 de septiembre de 2013 cuando nacía la primera edición de la Vuelta a los Picos de Europa en Vespas y Lambrettas, bautizada como La Travespera -juego de palabras utilizando la Travesera integral Picos de Europa, prestigiosa carrera de montaña-. Su kilómetro 0 está ubicado en los aledaños del puente "romano" de Cangas de Onís, a la vera del río Sella. Allí se da, cada último sábado de septiembre, la salida oficial, previas fotos de rigor que incluyen la degustación de un culete de sidra. "La primera edición me la auto regalé", dice con cierta sorna Silfredo, al coincidir en aquella fecha con su cumpleaños (50).

Poco a poco la quedada de Vespas y Lambrettas iría ganándose un hueco en la programación turística de Cangas de Onís, gracias al empeño de Silfredo, arropado por un pequeño grupo de entusiastas colaboradores. En esta última edición se aprovechó la cita para inaugurar una escultura pétrea -hecha con regodones de río y sendas piedras labradas, estas a modo de ruedas, ensambladas en hierro- denominada "La Pelayina", ubicada, con carácter provisional, en la plaza Camila Beceña, y convertida en un verdadero reclamo para oriundos y foráneos. "Tenemos el paraíso perfecto para las motos", recuerda Silfredo, asimismo alma mater de la escultura, junto con José Manuel Pereira -encargado de la forja- y los hermanos Cardín, con taller de cantería en Les Roces, en Cangas de Onís.

El apego a las motos, especialmente a las Vespas, hizo que Silfredo y otros amigos acudiesen tiempo atrás a tierras aragonesas a participar en la Vespa The Resistance 24 horas, con numerosos equipos españoles, portugueses, franceses, ingleses, alemanes y austriacos, entre otros. Se trata de una de las pocas pruebas de resistencia que mantiene el espíritu de antaño, ya que lo importante de esta carrera es tan solo participar y terminar. El sistema de carrera es prácticamente el mismo que en las 24 Horas de Le Mans, en la que los equipos formados por entre tres y seis pilotos tratan de sumar el mayor número de vueltas posibles.

Por si fuera poco, en 2014 Torrado se convirtió en uno de los primeros asturianos en tomar parte el "Vespa Raid Maroc". Se trata de una competición que pretende emular al Dakar, pero a pequeña escala. La prueba se desarrolló en octubre por Marruecos, constando de media docena de etapas entre Midelt y Merzouga, a las puertas del Sáhara. Eran 2.000 kilómetros de trazado, en duras condiciones. Otra marcha rutera, fuera del mundillo competitivo, llevó hace escasas fechas a Silfredo y unos amigos de "La Travespera" a Portugal, concretamente hasta la ciudad de Guimarães, tras 1.300 kilómetros de recorrido.

Siempre dispuesto a colaborar -en varias oportunidades ejerció de "speaker" de las pruebas de escalada búlder organizadas en la ciudad canguesa-, Silfredo también es el promotor de una de las jornadas más ilusionantes para los "peques" en las fechas de Navidad, exactamente en la tarde de Nochebuena, cuando Papa Noel se lanza en tirolina desde lo más alto del reloj de la Casa Consistorial de Cangas de Onís. Nada más hacer pie en la Avenida de Covadonga, reparte carantoñas entre decenas de niños y niñas con ojos como platos ante el Santa Claus de carne y hueso. "Es algo que hago por una causa y me siento muy orgulloso", dice Torrado, quien ya se encuentra sumido en los preparativos de la comitiva navideña del 24 de diciembre. Promete.

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