La organización no gubernamental (ONG) Mundo Vivo, con sede en Llanes. reclamó ayer prontitud a las autoridades asturianas para sacar adelante el "santuario" para animales que pretenden habilitar en La Pereda. El problema radica en que la Comisión de Urbanismo y de Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) no acaba de conceder el permiso para comenzar los trabajos destinados a la construcción de un refugio de animales en una finca de 10.000 metros cuadrados.

Junto al permiso de la CUOTA, Mundo Vivo necesita también el beneplácito de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para cerrar la finca por la zona donde pasa un pequeño riachuelo, de manera que este pueda servir de bebedero para los animales. Al no tener Llanes planeamiento urbanístico vigente (todos los que ha tenido fueron anulados por los tribunales de justicia, no existen normas que regulen la construcción en núcleos rurales, debiendo de ser la CUOTA la que los expida. El presidente de la ONG, el veterinario Luis Bernardo, no ve la hora para que se pueda hacer realidad el sueño que tienen los integrantes de este colectivo de tener un refugio que acoja a animales en dificultades.

Las tareas para cerrar la finca, que comenzaron la pasada primavera, ya se han dado por concluidas salvo por la zona del río. "Tenemos en la finca burros, caballos, un cerdo y cabras en casetas de obra que sirven como cuadras y tendejones móviles para que se refugien", explicó Bernardo. El permiso que solicitaron a CUOTA hace meses era para hacer en este lugar centro de recuperación que incluya unas casetas y unos corrales para que se refugien los animales y un centro de interpretación donde poder dar cursos y donde poder acoger a niños y a colegios.

"Nos urge sacar esto adelante. El refugio es un bien social, no un negocio. Debería haber ciertas excepciones, sin romper las reglas, al ser una ONG", señaló el veterinario llanisco, quien indicó que cuando solicitaron el permiso para el refugio, se les dijo desde varias instancias que la CUOTA no suele poner pegas a este tipo de iniciativas. Los problemas con la burocracia no son los únicos que sufre este colectivo. El vandalismo y las gamberradas se suceden en las inmediaciones de la finca. "Hemos tenido que poner cámaras trampa de camuflaje en los árboles para evitar que entren a robarnos los pastores o a soltar a los animales", manifestó Luis Bernardo.