Faltan nueve meses para que Infiesto acoja una nueva edición de su vía crucis viviente pero los vecinos de la capital piloñesa ya trabajan a buen ritmo para sacar adelante el evento, uno de los más multitudinarios de la comarca. Como recrear una pequeña Palestina no sale barato, más de media docena de lugareñas empezaron hace un mes a tejer a ganchillo y trapillo unas pulseras que venderán para sufragar parte de los gastos.
Los abalorios pueden adquirirse a un precio de un euro la unidad en diferentes establecimientos de Infiesto, como la librería Jambrina, Lo de Rafer o en Llano Moda Infantil. Los hay de todos los colores, tamaños, formas y adornos, según resalta la promotora de la iniciativa, Mari Paz Llano.
"De momento hicimos algo más de doscientas pulseras y si vemos que gozan de buena acogida aumentaremos la producción", explicó Llano. "Confiamos en que estos meses de verano en los que aumenta el turismo haya una creciente demanda", indicó.
Las pulseras estarán disponibles en el mercadillo Agostiellu, que se celebra cada jueves de agosto, a partir de las ocho de la tarde, en la capital del concejo piloñés. Ese mes está prevista la presencia de las voluntarias del vía crucis viviente en el mercado diurno que se celebra los lunes en la plaza del Ganáu de Infiesto. No es la única iniciativa que protagonizan los integrantes de la Cofradía del vía crucis, pues durante estos días recogen donaciones de libros en puntos como peluquería Llano de Infiesto y que para Navidad planean la rifa de cestas y la venta de lotería para el sorteo del Gordo. Todo para que Jesús resucite en Infiesto como es debido el año que viene.
