El Plan General resalta "el problema de las dos Ribadesellas". Porque hay "una división clara entre las dos márgenes de la ría, una es estacional y la otra no"; una con un "crecimiento sosegado y suficiente mezcla de usos" y la otra "apoyada en el monocultivo de la segunda residencia, que supone una estacionalidad de los usos peligrosa económica y socialmente".

Durante los últimos decenios se optó por el "uso flexible del plan, junto al acompañamiento de obras de infraestructuras que han retroalimentado la demanda, como efecto secundario de lo que era una mejora de la prolongación lógica de la villa, en la margen izquierda del Sella". El resultado es "un suelo urbano que ha fagocitado literalmente los espacios cercanos más apetecibles", resaltan los redactores.

"Hay que solucionar este problema" y también en este caso "en la recuperación de los espacios públicos, incluido el sistema general portuario, está la clave", señala el equipo redactor.