Xicu Hermida (Arriondas, 1985) nunca se había planteado formar parte de ninguna asociación a favor de los refugiados hasta septiembre de 2015. Un viaje por Centroeuropa y la imagen del cadáver del niño de tres años Aylan Kurdi en la costa turca hicieron por esa fecha que este auxiliar de bombero tomara la determinación de poner su granito de arena en la defensa de los derechos humanos de quienes se ven obligados a dejar su país en busca de una vida mejor.
Recién llegado de la costa oeste de Trípoli (Libia) donde del el 27 de septiembre al 17 de octubre colaboró con las asociaciones españolas sin ánimo de lucro Proem-Aid y SMH como nadador de rescate, cuenta su experiencia a LA NUEVA ESPAÑA. "Fue duro. Las malas condiciones del mar unidas a los problemas políticos de Libia nos impedían actuar y éramos testigos del conflicto desde el barco, viendo día tras día las bombas caer en la ciudad", relata.
El joven forma parte del segundo relevo del proyecto Maydayterráneo que hasta diciembre estará reforzando el dispositivo de búsqueda y rescate a unas 24 millas de Libia. El objetivo, según avanza, es hacer a lo largo del año cinco relevos o misiones desde el barco, que cuenta con una tripulación de 19 voluntarios, entre los que se encuentran bomberos, médicos, mecánicos, enfermeros, electricistas, cocineros o periodistas españoles, alemanes, franceses, australianos y estadounidenses. Desde que se puso en marcha el proyecto, se calcula que se ha evitado que más de 300 personas perdieran la vida en el mar.
"Es triste ver botes de goma o de madera repletos de gente engañada , mujeres embarazadas o niños que prefiere morir antes que volver a Libia", cuenta. "Durante los días que estuvimos el ejército de Trípoli se enfrentaba a las milicias que controlan la ciudad y el puerto de Sabratha, desde donde salían muchos migrantes. Se habla de que puede haber miles de personas atrapadas a manos de mafias o en centros de detención oficiales".
Las condiciones en las que operan los voluntarios no son mejores: el equipo de la misión sufre acoso de los guardacostas libios. "Abordan el barco y exigen que se les entregue a las personas rescatadas. Si te niegas recibes amenazas de muerte", relata. Aún así, Hermida y sus compañeros no están dispuestos a abandonar la tarea. "Necesitamos la ayuda de todos para continuar. Queremos seguir el próximo año. Desde Proem-Aid tenemos la máxima de que el pueblo siempre salva al pueblo", afirma el auxiliar de bombero, que en abril y junio del año pasado ya dio cobertura como rescatador voluntario a la llegada de refugiados en Lesbos (Grecia). "Me molesta que hay gente que piense que nos lucramos con esto. Tengo que hacer malabares en el trabajo y poner de mi propio bolsillo pero merece la pena", asegura el joven, que ha instalado huchas en locales de Arriondas como La Fortuna, Librería Gestión o El Español para recaudar fondos con los que sostener Maydayerraneo.
