La procesión de la Soledad, una de las más vistosas y de las que más devotos reúnen en la comarca, tiene que salvar hoy dos obstáculos para poder desfilar por las calles de Cangas de Onís a partir de las nueve de la noche. El primero, la falta de voluntarios que quieran cargar con la imagen. Los impulsores de la Semana Santa canguesa lanzaron un ultimátum el jueves a través de este periódico para reclutar vecinos y avisaron de que, si no se presentan suficientes manos a las ocho y cuarto en la iglesia parroquial, tendrán que suspender el evento. Y es que, por su peso, la figura del Cristo Yacente requiere de unos dieciséis voluntarios de recambio para completar el recorrido por calles como la San Pelayo, Conde de Peñalver y Avenida de Covadonga, acompañados por músicos locales. En este sentido, son muchos los lugareños que han mostrado su interés en participar en la procesión a raíz de la publicación.

El segundo obstáculo, y no menos importante, es la lluvia, que amenaza con hacer acto de presencia en la localidad canguesa y que podría poner en peligro la integridad de los pasos.

La procesión de la Soledad es una de las más espectaculares por el número de mujeres que se suman a ella ataviadas de riguroso negro y con mantilla, y por la creciente cantidad de niños que participa con los faroles. Entre las imágenes que desfilarán en Cangas se encuentra la Dolorosa y la Verónica, mujer que según la tradición cristiana limpió con un paño el sudor y la sangre de Jesús en su camino al monte del Calvario.