El trío «Kubelik» protagonizó el pasado miércoles una de esas citas íntimas y en formato poco habitual que caracterizan la temporada con la que la Sociedad Filarmónica enriquece el panorama musical ovetense. Una violinista de fraseo incontenible, un chelista de planta pausada y una pianista de ímpetu interpretativo se reúnen en «Kubelik» para gusto del público, especialmente en lo que se refiere a la música checa, donde el trío, que visitaba por segunda vez el calendario de la Filarmónica, gana puntos.

Los «Kubelik» abrieron fuego con el «Trío Op. 11, n.º 4», en el que Beethoven apuntó maneras, teniendo en cuenta la amplia reexposición del primer tiempo y el desarrollo de las variaciones del «finale». La formación checa modeló con expresión el «adagio», que fue el movimiento en el que el trío más despuntó. En la obra se echó en falta un mayor ajuste entre las tres partes, ya que la cuerda quedó achicada por el sonido del piano, que escondió a sus compañeros de escenario, teniendo en cuenta, por otro lado, el despliegue de octavas, cascadas de escalas y trinos que presenta la partichela del piano.

La primera parte se completó con el segundo trío de Martinu, compositor contemporáneo que en dicha obra presenta formas de composición tradicionales, aderezadas con enriquecimientos armónicos actuales. En Martinu, los «Kubelik» potenciaron la búsqueda de los recursos individuales de cada instrumento, así como la fusión entre el impulso rítmico que caracteriza la obra y la buena cadencia en el fraseo.

Para nota fue el «Op. 65» de Dvorák. El trío interpretó con arrebato esta página de sonoridad orquestal, que Dvorák llenó de luz con temas inolvidables, como suele hacer el compositor en sus obras. El trío «Kubelik» consiguió poner el vello de punta a través de la melodía redondeada e infinita del «Poco adagio». En general, en los tiempos «allegro» más agitados la formación demostró no perder la compostura y el equilibrio, aunque a veces se echó de menos mayor cuidado en el sonido, en beneficio de la musicalidad, no en cuanto a la precisión de la ejecución instrumental.

El trío «Kubelik» conectó con el público a través de un repertorio atractivo que dejó ver sus cualidades y también algunos peros.