L. S. NAVEROS

Oviedo está aguantando la crisis del «ladrillo». Lo asegura el Ayuntamiento, cuyo concejal de Urbanismo insiste en que en su departamento se siguen tramitando importantes proyectos de desarrollo, y lo confirma la Confederación Asturiana de la Construcción o inmobiliarias como la Agencia Álvarez. Todos aprecian que los tiempos del boom inmobiliario han pasado, pero que «Asturias es diferente en el contexto del parón que sufre España, y Oviedo, dentro de Asturias, también es un caso singular», según analiza el director general de la CAC, Daniel García Balbín.

Para Mortera, los datos «cantan»: «En la última Junta de Gobierno se aprobaron estudios de detalle para desarrollar 1.066 viviendas, en La Manjoya y Monte Cerrao. En La Manjoya estamos hablando de estudios de detalle para 816 viviendas, pese a que muchos ya daban por enterrado este plan por la crisis de Urazca, y Monte Cerrao sigue siendo uno de los motores del desarrollo urbano de Oviedo. Y esto sólo en vivienda libre, sin cuantificar el plan de vivienda, cuyas primeras licencias ya están siendo estudiadas por el Ayuntamiento».

Las claves, según la CAC, están en los planes de vivienda. «Oviedo tiene una importante bolsa de suelo para vivienda protegida. Es un sector en el que hay y habrá demanda, así que ese plan cumple el doble cometido de garantizar a los constructores que se mantendrá la actividad, y, por otro lado, ha conseguido moderar los precios del mercado de vivienda libre, porque si no se crearían dos mercados inmobiliarios excesivamente distantes entre sí. Los precios se han moderado, así que Oviedo está aguantando y va a aguantar», analiza Daniel García Balbín.

Javier Gutiérrez, de la Agencia Álvarez, también suscribe esa valoración. «Tenemos oficinas en Gijón y en Avilés, y sabemos cómo está el mercado. Oviedo está en una situación muy favorable para aguantar la crisis, porque tiene precios muy competitivos, realmente bajos si se comparan con la oferta que hay en otras ciudades». Según Gutiérrez, «hay zonas de Oviedo que están muy bien, y un piso te sale a un poco más que una vivienda de protección oficial. Podemos estar hablando de una diferencia respecto a los precios de Gijón de 8 o 10 millones de las antiguas pesetas (entre 48.000 y 60.000 euros). Es una ciudad en la que se puede comprar perfectamente y en la que, de hecho, se sigue vendiendo». Gutiérrez no cree que los constructores vayan a «hacer rebajas», porque «aquí los precios no se han hinchado, están ajustados».