«La concepción espiritual de Bernanos es la mía y su violencia responde a un lado de mi naturaleza, se trate del divertimento o del ascetismo» (F. Poulenc).

La muerte en la guillotina de las dieciséis religiosas Carmelitas en 1794 inspiró la novela de Gertrud von Le Fort y el drama de Georges Bernanos, obras en las que luego basó su ópera Francis Poulenc, estrenada en la Scala de Milán en 1957. El miedo, la muerte, la añorada infancia y la Gracia son las claves de la literatura de Bernanos, perteneciente a una generación que publica su duro combate espiritual, en el que Poulenc se ve reflejado. El compositor, integrante del «Grupo de los Seis», muestra en «Dialogues des Carmélites» una rica orquestación en una obra de gran fuerza. Da a la melodía un papel fundamental, como vehículo del texto francés. Poulenc, que mantuvo un lenguaje musical tradicional, enfatizó miedos y angustias que son universales, como los producidos por el fanatismo y la violencia colectiva.

«¿Es posible volver a usar el pasado y al mismo tiempo avanzar en el arte? Sin tener en cuenta la respuesta (que es «sí»), la pregunta no me ha perturbado» (I. Stravinsky).

Tom Rakewell, el «perfecto libertino», comienza su carrera influenciado por el maligno Nick Shadow. A través de los grabados de William Hogarth (1697-1764), Igor Stravinsky recrea su mito del Don Juan en la ópera «La Carrera del libertino», estrenada en La Fenice de Venecia en 1951. En Tom, como figura que hunde raíces en la dramaturgia española del siglo XVII, Stravinsky revisa el mito que alcanzó la madurez en óperas de Mozart y Carnicer. La heroína abandonada, lo sobrenatural y la redención por amor son aspectos esenciales de la obra del compositor, deseoso de crear una ópera inglesa desde su traslado a Estados Unidos en 1939. Stravinsky sumió un polémico neoclasicismo basado en las convenciones de las óperas del siglo XVIII, con números cerrados y un lenguaje tonal, que cuida la relación entre la palabra y el timbre vocal. La simetría en la estructura de la obra es otro rasgo para la escucha de «The Rake's progress».

«Dos cosas explican el éxito exagerado de las óperas de Verdi: su talento y el estado moral de Italia cuando este canto de pasiones extremas ha aparecido. Italia se preparaba para acometer la obra de su liberación; quería ser apasionada, emotiva, exaltada...» (P. Scudo, a propósito del estreno de «Un Ballo in maschera» en el Teatro Italiano de París).

En una mascarada en los tiempos del Boston del siglo XVII, se resuelve la historia de amor, celos, traición y muerte del «Baile» que Giuseppe Verdi presentó en el Teatro Apolo de Roma en 1859. El ideario romántico se refleja en «Un Ballo in maschera», ópera que gira alrededor del amor irremediable entre Riccardo y Amelia, truncado por el regicidio en la escena a manos de Renato, lo que ocasionó en su tiempo problemas con la censura. Las sombras invaden una historia con música equilibrada, que se enmarca en el segundo estilo de Verdi. El compositor se muestra ecléctico, internacional; el belcanto se entremezcla con el ámbito musical francés y el germánico, en una ópera luminosa que llevó a aquello de «Viva V.E.R.D.I.», en alusión a «Vittorio Emanuele, Re d'Italia».

Diana DÍAZ

La Ópera de Oviedo dispone de nuevo este año del mejor complemento para la LXI temporada, el libro del ciclo lírico. Junto a los prismáticos y la prenda más elegante del ropero no puede faltar, en el kit más lírico, el libro de la LXI temporada bajo el brazo de todo buen amante de la lírica.

A través de 346 páginas, la publicación de la Ópera de Oviedo desvela, hoja tras hoja, los entresijos de cada uno de los cinco títulos que conformarán el ciclo que arrancará en septiembre. Bajo la coordinación y edición de Adolfo Domingo -responsable de Prensa y Dramaturgia del Equipo profesional de la Ópera ovetense-, el libro recoge artículos que profundizan en las óperas desde diferentes ópticas, además de ilustraciones de las producciones y de obras artísticas que ayudan a enmarcar las óperas en su época y temática, biografías de los compositores, testimonios contemporáneos, guías prácticas para la audición musical y el libreto, con su traducción al castellano.

En la publicación, que cuenta con la implicación especial de María Encina Cortizo -vocal de la Asociación y del Patronato de la Ópera y profesora de Musicología de la Universidad de Oviedo-, han colaborado las firmas de críticos, profesores, doctorados, directores y asesores relacionados con el ámbito musical nacional.

Los amantes de la lírica pueden obtener su libro de la LXI temporada de Ópera de Oviedo en la taquilla derecha del Teatro Campoamor, en horario de 17 a 20 horas, de lunes a viernes. La publicación tiene un coste de 5 euros, por primera vez este año, para los abonados a la Ópera. Para los no asociados, el precio es de 25 euros.

«Cuando Mimí muere, mueren las ilusiones de la juventud, las fantasías y la vida sin complicaciones, aunque sea en medio de la miseria» (Emilio Sagi, director de escena).

Reales como la vida misma. Así son los personajes y la historia que gestó Giacomo Puccini en su «Bohème», vista por vez primera en el Teatro Regio de Turín en 1896. La tragedia de Mimí, a 150 años de la desaparición del compositor, sigue conmoviendo a generaciones de amantes de la lírica. «Necesito poner en música pasiones verdaderas, el amor y el dolor, la sonrisa y las lágrimas», escribiría Puccini. Exigente para los argumentos, encontró sus ideales en los folletines de «Scènes de la vie de Bohème», publicados en el periódico «Le Corsaire». Así nacería la heroína frágil y destinada a la fatalidad, Mimí, en aquella buhardilla de sueños y penurias. Verdi, Wagner, la escuela francesa y el verismo se conjugan en un Puccini que encontrará un idioma musical propio, acercándose a las propuestas más modernas.

«La respiración de la Regenta era fuerte... sus ojos tenían fulgores de fiebre... Quiso pensar en Lindoro, en el Barbero, para suavizar la aspereza de espíritu que la mortificaba» (fragmento de «La Regenta», la novela de Leopoldo Alas Clarín).

El personaje del barbero Fígaro sostiene la que hoy es la ópera representativa del género cómico, «El Barbero de Sevilla», de Giaochino Rossini. A través de la fuerza eterna del galanteo y del amor, el compositor italiano sentó las bases de la ópera decimonónica, siendo «Guillermo Tell» otro hito a este respecto. En la Sevilla romántica que el pintor David Roberts estereotipó, «El Barbero» de Rossini simboliza el cambio social que en la ferviente Europa urbana e industrial se estaba gestando. Así, el 20 de febrero de 1816, el público del Teatro Argentina de Roma veía por primera vez al «Barbero», basado en la comedia «Le Barbier de Séville ou La Preécaution inutile», de Pierre-Augustin C. de Beaumarchais. Nunca antes, sobre el escenario, noble y plebeyo habían aparecido juntos y en igualdad de condiciones.

María Encina Cortizo, Cosme Marina, Jaume Tribó, Emilio Sagi, Pablo Meléndez-Haddad, Miriam Perandones, María Sanhuesa, Manuel González Cuervo, Ramón Sobrino, Lluis X. Álvarez, Lourdes Jiménez, Gloria A. Rodríguez, Susana Gómez y Carlos María Solare son los expertos que han dedicado artículos a la publicación sobre la LXI temporada de la Ópera de Oviedo.