Diana DÍAZ

«Marina», de Emilio Arrieta, es una de las escasas óperas españolas que se mantiene habitualmente en temporada. El XVI Festival de Teatro Lírico Español que patrocina LA NUEVA ESPAÑA recupera la producción con sello ovetense que se estrenó hace dos años en el Campoamor. Entonces, la apuesta cuajaba con gran éxito, a través de magníficas actuaciones, más la presentación de un tándem que debutaba en el género, la directora de escena Susana Gómez y la escenógrafa Carmen Castañón. Vuelve así una producción que, con la colaboración de la Ópera de Oviedo, se ha convertido en uno de los proyectos más aplaudidos, prueba del interés por un verdadero proyecto cultural que une a la administración ovetense y la Ópera de la ciudad.

La ópera «Marina», estrenada en el Teatro Real de Madrid en marzo de 1871, supuso un acontecimiento sin precedentes en la época, dada la naturaleza de la obra como zarzuela, y dentro de un contexto en el que los intelectuales debatían sobre la forma más adecuada de la ópera nacional. De este modo, la zarzuela «Marina» se estrenaba en 1855 en el teatro madrileño del Circo, donde un grupo de compositores y artistas de la época intentaban establecer el género de la zarzuela, única vía que Arrieta consideraba para el desarrollo de la ópera española.

«Marina», en su posterior formato de ópera en tres actos, supuso la consagración definitiva de Arrieta, que fue el único compositor español que logró estrenar obras en el Teatro Real. El impulso de Enrico Tamberlick -tenor popular en la época implicado en la política progresista-, fue importante para esta transformación, de modo que Ramos Carrión revisó el texto que Camprodón había escrito para la zarzuela.

En el apartado musical, la musicóloga María Encina Cortizo recoge en su publicación «Emilio Arrieta. De la ópera a la zarzuela» cómo «la zarzuela en dos actos se convirtió en ópera en tres y el compositor escribió, además de las escenas y recitados, dos dúos -uno para tiple y bajo, y otro para tenor y barítono- para el primer acto; y un preludio y coro con tiple y barítono para el segundo. Tras el estreno, añadió dos nuevas piezas para el acto tercero: el dúo de Jorge y Marina, y el rondó final de la protagonista, que configuran la obra tal y como la conocemos hoy».

En «Marina» se observa el «italianismo» que diferenció al compositor, en una época esencialmente lírica, dominada por la ópera italiana. Arrieta deja para el final de la obra los números populares de las seguidillas «La luz abrasadora» y el tanguillo-habanera «Dichoso aquél que tiene la casa a flote», que es uno de los números más destacados. Además de las arias «Pensar en él» y «Costas de Levante», de Marina y Jorge respectivamente, en el primer acto; o el brindis y la aria bipartita que cierra el último acto. Y es que «Marina» versa sobre el triángulo amoroso entre la joven huérfana Marina, el capitán de barco Jorge y el rudo Pascual. Al libreto lo supera la parte musical, que dota a la obra de la fuerza expresiva.

En la producción ovetense de «Marina», María José Moreno repetirá en el papel de la protagonista, al igual que Enrique Sánchez, como Alberto, según el elenco de 2007. En el resto de roles principales, Javier Palacios (interpretará a Jorge), Luis Cansino (como Roque), y Francisco Santiago (hará de Pascual). Según la visión de la directora de escena ovetense Susana Gómez, «Marina» se desarrolla en un mundo onírico, con un matiz surrealista de influencia daliniana, y enmarcado a mediados del siglo XX. La parte musical correrá esta vez a cargo de Friedrich Haider, titular de la «Oviedo Filarmonía». La Capilla Polifónica, por su parte, volverá a vérselas con una partitura en la que juega un papel importante. Eduardo Bravo será el responsable de la iluminación, mientras que Elisa Sanz y Maika Chamorro diseñaron los figurines de la obra.