David ORIHUELA

La fábrica de loza de San Claudio es ya historia. Ayer, a las siete y media de la tarde, se cerraba la puerta de la tienda de la locería, la única instalación que quedaba abierta de la factoría ovetense.

Con el portazo se ponía punto final a 108 años de historia de la que fuera una de las industrias más importantes no sólo de Oviedo, sino de Asturias, durante el siglo XX. El proceso de cierre, cuyo último propietario fue el empresario Álvaro Ruiz de Alda, culminó ayer con el adiós definitivo.

El proceso se inició en enero de 2007 cuando Ruiz de Alda presentó el primer plan de viabilidad, que suponía el despido de 131 de los 147 trabajadores que tenía la empresa. Al final se quedaron 43 trabajadores al frente de una fábrica que nació en 1901 y que durante décadas fue referente nacional e internacional en el sector de la locería.

El Pleno del Consejo del Patrimonio del Principado de Asturias aprobó la semana pasada la declaración de la fábrica como conjunto histórico, convirtiéndola en el primer bien de interés industrial de Asturias.