Soprano, protagoniza la ópera «Ariadne auf Naxos»

Pablo GALLEGO

Emily Magee será desde hoy y hasta el próximo sábado 19 la protagonista de la ópera de Strauss «Ariadne auf Naxos». Un estreno en el Campoamor que abre la 62.ª temporada de la Ópera de Oviedo, que cuenta con el patrocinio, entre otras instituciones, de LA NUEVA ESPAÑA.

-Hoy dará vida a una nueva Ariadne en su carrera artística.

-Una más, y todas son diferentes. De hecho es una ópera que puede interpretarse de formas muy distintas. El prólogo retrata el mundo del teatro y en él se discuten todos los elementos que forman una ópera, desde la música a la escena, y si es muy seria o demasiado larga para el público. No creo que sea como la prima donna a la que represento, pero supongo que tengo mis momentos.

-¿Y la segunda parte?

-Ahí es cuando llega la verdadera ópera, de estilo clásico, mitológico, y muy bonita. Strauss y Hofmannshal -autor del libreto- demuestran que el drama y la comedia pueden coexistir, y dejan que sea el público el que elija con qué quedarse, si con el drama de Ariadne o con el aria de Zerbinetta.

-¿Y usted con qué se queda?

-Con ambas. Para mí, la ópera es algo corriente, tan normal como ir al cine, para que llegue a todo el público. Debe entretenerte, pero también hacerte pensar. Y, por supuesto, hacer que quieras volver al teatro, porque el público es un elemento más de cada función.

-¿A qué cree que se debe el actual éxito de las sopranos norteamericanas?

-Pues no sabría decirle. Las estadounidenses cantamos en Europa y las europeas allí, así que supongo que tiene que ver con dónde empiezas a ser conocida. De todas formas ya no hay fronteras para la ópera. Los buenos cantantes actúan en todas partes, pero ciertas cosas sólo se aprenden en Europa.

-¿La globalización no ha llegado a la ópera?

-No del todo. Cada país y cada teatro tienen una sensibilidad y viven la ópera de una forma distinta. Hay cosas que funcionan bien en Berlín pero no sirven para Oviedo, y viceversa. Incluso cada función en un mismo teatro tiene una atmósfera distinta.

Emily Magee

La soprano estadounidense Emily Magee regresa esta tarde al Campoamor para protagonizar la ópera de Strauss «Ariadne auf Naxos» después de su debut ovetense en 2005 como Elizabeth en «Tannhäuser». Con un repertorio que incluye 32 papeles distintos, desde Puccini a Verdi pasando por Janácek, Strauss -uno de sus favoritos, del que interpreta todos sus roles protagonistas- y Wagner, sus interpretaciones de Elsa en «Lohengrin» y en otros títulos de ópera alemana le han valido el reconocimiento de crítica y público en festivales como los de Bayreuth o Salzburgo.

«"Ariadne" nació como nacería ahora una banda sonora de película», aseguró el crítico de cine Manolo Cuervo, en la imagen junto a Jaime Martínez, que ayer protagonizó una conferencia sobre el título que esta tarde abre la 62.ª temporada de la Ópera de Oviedo. «La música de Strauss es narrativa», apuntó Cuervo al público que ocupaba la sala antes de destacar que «la voz para Strauss era la de soprano, como podremos comprobar en esta ópera», apostilló.