Murcia / Oviedo, V. GALINDO / D. ORIHUELA

Investigadores de todo el mundo llevan años estudiando la muerte de Cristo, y una de las principales fuentes de información es el Santo Sudario que se custodia en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo.

Entre los expertos se encuentra el forense de Cartagena Alfonso Sánchez Hermosilla, que se ha sumado a un equipo de especialistas en distintas disciplinas (biólogos, abogados, químicos...) de varias nacionalidades, para realizar un estudio criminalístico de las manchas de sangre y otros fluidos biológicos del Sudario y la Sábana Santa de Turín, los lienzos que supuestamente envolvieron el cuerpo de Jesús tras su muerte y guardan, por tanto, restos de su sangre. Su estudio puede aportar datos, no sólo sobre su muerte, sino sobre la figura histórica de Jesús, y ese es el objetivo de esta investigación internacional que promueve el Centro Español de Sindonología, con sede en Valencia y al que pertenece Sánchez Hermosilla.

Una de las vertientes de dicho estudio se centra en verificar si la doble condena a la que fue sentenciado Jesucristo por Poncio Pilatos, a saber, flagelación y crucifixión, fue legal según el Derecho Romano de la época. Según explica el propio Alfonso Sánchez, si se considera que a Jesús le fueron impuestas dos condenas distintas por un mismo delito (traición, por autoproclamarse Rey de los Judíos), se estaría incumpliendo el principio legal de «Non bis idem» (no dos veces por lo mismo), recogido en la antigua ley romana, por lo que podría considerarse ilegal y, por ello, recurrible.

Los estudios se centran en saber cómo murió Jesús y, en este campo, el propio Alfonso Sánchez se ha encargado de un trabajo muy específico: el análisis del Sudario de Oviedo, siguiendo la estela de sus antecesores, José Delfín Villalaín o Felipe Montero.

A través del análisis criminalístico de la sangre y los fluidos orgánicos presentes en la reliquia que se guarda en la Catedral de Oviedo Sánchez trata de determinar cuánto tiempo estuvo Jesús en la cruz o cuánto tiempo llevó la corona de espinas que, por cierto, no era tal, sino más bien un casco que ocupaba toda la cabeza del crucificado, a tenor de las investigaciones. Precisamente, el estudio de Sánchez se centra en la cabeza, ya que el Sudario sólo envolvió ésta, la cara y el cuello de Jesús en el momento en el que lo bajaban de la cruz y lo trasladaban al sepulcro. Una vez allí, fue retirado y el cuerpo del crucificado fue entonces envuelto en la Sábana Santa para ser amortajado. El Sudario quedó entonces doblado junto al cuerpo de Jesús en el sepulcro

El estudio supone analizar miles de manchas de sangre, una a una, y encuadrarlas en su contexto histórico y geográfico. Por ello, esta investigación dura ya 22 años, y a ella se han ido sumando expertos de todo el mundo.

El análisis:

La investigación.

Un grupo de expertos analiza la muerte de Cristo por si la pena a la que fue condenado por Poncio Pilatos fue ilegal.

«Non bis idem».

Jesucristo fue condenado a flagelación y crucifixión, dos penas por un mismo delito, traición por autoproclamarse Rey de los Judíos. El Derecho Romano dicta que una persona no puede ser condenada a dos penas por el mismo delito, es el principio de «Non bis idem», no dos por lo mismo.

El Santo Sudario.

El Santo Sudario, el lienzo que cubrió el cuerpo de Cristo tras bajarlo de la cruz, es clave en esta investigación, ya que los restos de sangre que conserva la tela que se custodia en la Catedral de Oviedo pueden aportar pruebas sobre la verdadera causa de la muerte de Cristo.