Vicerrector de Profesorado de la Universidad de Oviedo

Chus NEIRA

Metidos ya en agosto, con la Universidad de Oviedo en período no lectivo tras un curso de calendario alargado, el vicerrector de Profesorado, Departamentos y Centros, Julio Antonio González, hace balance de las importantes reformas que la institución ha iniciado y que marcarán el próximo curso.

-Se va de vacaciones con las fusiones de centros puestas en marcha, no sin ciertos problemas.

-No ha sido un proceso exento de algunas discrepancias, lógicas porque la unanimidad no es propia de la inteligencia humana. Por eso era normal que surgieran estas divergencias al iniciar un cambio tan intenso como éste. Nosotros ya habíamos hecho una programación de las fusiones de centros que venían determinadas por la ley universitaria, que supone el fin de las escuelas universitarias, como también recoge el correspondiente decreto del Principado. Así iniciamos las fusiones y a ello se añadió una organización del resto de los campus de la Universidad, siguiendo un mapa que ya estaba presente en nuestro proyecto de Campus de Excelencia. Este mapa de centros, por cierto, fue uno de los aspectos mejor valorados de nuestra candidatura.

-Pero la ley no obligaba a fusionar ya el campus de Humanidades.

-No, pero el mismo decreto del Principado dice que en el diseño de mapas se optará por la existencia de centros en los que se impartan varias titulaciones. El Gobierno ha optado por ese modelo de reducción de centros. Lo hicimos con su acuerdo y el Consejo Social lo aprobó ya el pasado martes.

-¿Se adelantan estas fusiones por motivos económicos?

-No sólo. Hay poderosas razones académicas. En los rankings internacionales de evaluación de Universidades, la variable del número de alumnos por centro tiene una gran relevancia, por eso, si queremos que nuestra Universidad esté entre las mejores, tenemos que acercarnos a esos criterios.

-¿Qué ahorro se logra con esta primera tanda de fusiones?

-Son quince centros que se convierten en seis que atenderán en total a 15.760 alumnos, el 58,7% del total del alumnado de la Universidad, y eso se traduce en un ahorro de unos 470.000 euros. Pero insisto en que aunque los motivos económicos tienen su relevancia, son más potentes los académicos, porque traerán más eficacia. A una Universidad moderna no le sirven las añoranzas del pasado, por eso estamos haciendo grandes cambios para satisfacer las demandas de la sociedad actual.

-Otro asunto. ¿Puede la Universidad asumir el modelo Bolonia sin crecer su plantilla?

-Está programado que la puesta en marcha de nuevos grados durante los próximos cuatro años nos exige 107 profesores más. Habrá que hacer reajustes porque estamos obligados a un recorte del 3,8% de nuestro presupuesto. Bolonia ha llegado en el peor momento económico, pero la Universidad tiene que hacer frente a este contexto, no hay alternativa. En todo caso, la calidad de la Universidad está relacionada con la calidad del profesorado y del alumnado. Si tenemos buenos alumnos y profesores, los resultados serán positivos, aunque los medios sean escasos.

-Han dicho que su colchón está en las jubilaciones.

-Este año 52 profesores se han acogido a las jubilaciones voluntarias, y quince se han jubilado forzosamente. Eso nos ayuda a los cuatro grandes objetivos que defiende el rector: rejuvenecer la plantilla, equilibrar los profesores dentro de las áreas, estabilizarlos y promocionarlos. En esa dirección van las plazas que hemos convocado.

-¿Les ayudan las figuras de «ayudante» o «contratado»?

-Todo lo que sea contratación de ayudantes y de doctores nos permite rejuvenecer plantilla y seleccionar a los más brillantes. Se hace en procesos muy limpios y se aplican criterios objetivos, porque si seleccionamos a los mejores desde el principio tenemos todas las garantías para aplicar luego la promoción.

-¿Y cómo se aplica Bolonia con esos grupos de alumnos tan grandes?

-Hay que reflexionar sobre esa carga docente. Es complicado, porque la solución de limitar el acceso a la Universidad, que socialmente no depende de nosotros, no tiene sentido cuando se ha hecho el esfuerzo de hacer un Bachiller con la expectativa de acceder a la Universidad.

-¿Se sienten respaldados por el Gobierno regional?

-Al Principado le preocupa la Universidad, es la única que tiene, y el presidente regional siempre ha manifestado que es prioritaria. Los recortes vienen por factores externos. Nosotros hemos puesto nuestros objetivos sobre la mesa y esperamos una respuesta en la medida posible.