Con su peculiar estilo, el chulo que castiga salió a la palestra cuando Oviedo quedó eliminada a la primera de cambio de nuestras opciones para príncipes de la intelectualidá, y lo hizo poniendo sobre sospecha al jurado, al que antes aceptó, despreciando al PSOE, cuyo firme apoyo reconoció en el Museo de Arte Reina Sofía, en Madrí, la cuna del requiebro y del chotis, que tan bien se le da, y haciendo de menos a los representantes de este grupo que lo acompañaron: Mercedes Álvarez, Paloma Sainz y Antonio Masip. Como el Pichi es un flagelador, les suministró dos morrás y les atizó candela. Y para las elecciones a la Presidencia de Asturias, los de su partido se deshacían por verle contento, esperando que llegase el momento, en que decidiera, jajajajá, qué candidatos le gustan más. ¿Vendrá de una vez ese chico tan guapo a ondularle la permanén?