Los vecinos de San Claudio contuvieron la respiración ayer, en torno a las dos y veinte de la tarde. Un fuerte ruido proveniente de la carretera de la estación alarmó a los lugareños, conscientes de que era el momento «del cruce de trenes».

El convoy regional número 1301, que cubre el trayecto entre Ferrol y Oviedo, llegaba apenas unos minutos antes que el ferrocarril de cercanías, número 3720, entre Oviedo y Trubia. Al primero le tocaba esperar tras el semáforo que regula el paso de los trenes en un tramo de vía compartido, es decir, justo en el punto donde la doble vía se convierte en una sola. Sin embargo, según Feve (compañía a la que pertenecen los ferrocarriles siniestrados), el convoy regional «rebasó indebidamente la señal colisionando posteriormente con el segundo tren, que realizaba su entrada en la estación de San Claudio».

Lo que pudo convertirse en una desgracia de grandes magnitudes, se saldó sin víctimas mortales gracias a la escasa velocidad de los trenes en el momento del impacto. Los pasajeros de ambos convoyes sumaban un total de 24 personas; 20 en el regional y 4 en el cercanías. Veintiún personas resultaron heridas y ocho precisaron ser evacuados al Hospital Universitario Central de Asturias, HUCA, al presentar politraumatismos. Cinco de ellos, además, recibieron atención en el mismo lugar del accidente dentro de un puesto médico avanzado o, lo que es lo mismo, un hospital de campaña.

En un primer momento nadie sabía el alcance del siniestro, por lo que varias dotaciones de la Policía Nacional, Policía Local, y Guardia Civil se desplazaron a San Claudio junto a los servicios de urgencia. Llegaron a aparcar seis vehículos médicos; tres uvis móviles, dos ambulancias beta, y otra de tipo convencional. Los agentes cerraron al tráfico la carretera de la estación y un helicóptero sobrevoló la zona en previsión de posibles evacuaciones.

La mayor parte de los viajeros salió de los trenes siniestrados por su propio pie y los médicos de urgencias revisaron el estado de salud de todos, a excepción de una persona que se negó a recibir atención médica. Según fuentes sanitarias, los ocho trasladados al HUCA recibieron el alta ayer por la tarde y el herido de mayor consideración sufrió la fractura de una muñeca.

Los vecinos de San Claudio acudieron al lugar de los hechos para, en algunos casos, buscar a un familiar o conocido que viajaba en uno de los dos trenes, y en otros, prestar ayuda urgente. «Nuestro tren estaba parado frente al apeadero y de repente notamos un golpe y nos vimos por los aires», explicaban los amigos Lucía Rodríguez y Cristóbal Fernández, de 18 y 20 años respectivamente, y que viajaban en el tren regional que cubría el trayecto de Ferrol a Oviedo. Los jóvenes se sentaron en una de las escaleras metálicas del apeadero con el resto de afectados que acababan de recibir atención médica. «Salí disparado y me empotré contra otro asiento delantero, pero sólo recuerdo que oí un ruido y sentí un golpe muy fuerte», aseguraba Pedro Polledo, uno de los viajeros del convoy de cercanías entre Oviedo y Trubia.

Marino Fernández, vecino de San Claudio, ayudó a los heridos en los primeros momentos. «Iba a comer a casa cuando vi un montón de ambulancias y Policía; así que me acerqué y vi a varias personas con golpes en el cuerpo. Fui por hielo y mantas para ser útil», comentaba. Marisa Díaz, vecina de Oviedo, no podía ocultar su nerviosismo pese a comprobar que su hija, uno de los pasajeros del tren regional, no presentaba heridas de consideración. «La chiquilla me llamó desde el tren para contarme lo que había pasado y yo salí volando de casa según estaba vestida. Le han puesto un collarín, tiene un ojo amoratado y la van a llevar al hospital para verla mejor, pero la médica me ha tranquilizado mucho y acabo de hablara un rato con ella», cuenta.

Un familiar de otra de las pasajeras del tren Oviedo-Trubia, Luisa Bustelo, de 39 años, explicaba, momentos después de haber recibido el alta, que está «medianamente bien, después de volar por el aire, porque viajaba de pie, y caer al suelo a plomo».

Los técnicos de Feve retiraron de la vía los trenes siniestrados para restablecer el tráfico ferroviario, que quedó interrumpido a su paso por San Claudio en un primer momento y volvió a la normalidad en torno a las ocho de la tarde. Durante el corte, Feve habilitó un servicio alternativo de transporte de carretera entre Oviedo y Trubia.