Chus NEIRA

Una de las primeras medidas como alcalde de Oviedo que tomó Agustín Iglesias Caunedo fue enviar una circular a los funcionarios del Ayuntamiento pidiéndoles información sobre el logotipo, sello, tipografía y demás elementos gráficos del municipio empleados en cada área. El resultado, un abanico muy heterogéneo de escudos y formas de componer la palabra «Oviedo», ocupa ahora una de las bandejas de los asuntos preferentes para el equipo de gobierno. El Ayuntamiento quiere poner en marcha un plan para diseñar una imagen de marca municipal, algo que otras ciudades ya han realizado. Aunque lo hará, dadas las estrecheces económicas, poco a poco.

«Las ciudades», resume el diseñador Paco Currás, «hoy en día son productos y como tales necesitan identificadores, una imagen que las ponga en el mercado y con la que el usuario se identifique». La imagen que tiene Oviedo, explica, «es muy tradicional, muy institucionalizada, muy severa, muy antigua, con algo de trabajo en la marca turística, pero muy diluida».

El diseñador ovetense Jorge Lorenzo coincide en que Oviedo «siempre necesitó» ese trabajo de marca. Lo que existe, y Lorenzo matiza que una imagen no es sólo un logotipo, sino todo lo que una ciudad transmite, «es una ciudad un poco interior y cerrada en sí misma. Una ciudad de funcionarios, azul oscura, con una calle comercial y cochecitos de bebés de hace un siglo».

Desde otro punto de vista lo contempla Helios Pandiella, que admite que Oviedo «desde el punto de vista turístico proyecta una imagen de ciudad muy habitable, agradable, peatonal. En eso se avanzó muchísimo». «Otra cosa», admite, «son los remates, efectivamente, mejorables, y, en concreto, también la imagen gráfica».

Precisamente de eso se queja Ricardo Morales, profesor de la Escuela de Arte de Oviedo, cuando llama la atención sobre el hecho de que «en todo lo que es imagen pública en Oviedo pueden estar durante veinte años con el mismo cartel, y repetir el mismo cartel evidencia el poco interés que se tiene por el diseño». Efectivamente, aunque casi al final se ha convertido un poco en marca Oviedo, el Ayuntamiento ha estado «tirando» durante muchos años de las mismas imágenes, como los carteles de José Vivancos, fallecido en 1996, para la feria de la Ascensión, el festival de Zarzuela o ciertas tipografías en torno a las fiestas de San Mateo. Carteles clásicos de Alfonso o diseños de Úrculo también se reutilizan sistemáticamente en el Ayuntamiento de Oviedo. Por eso ahora Ricardo Morales celebra que el Consistorio quiera cambiar esa tendencia y quiera contar, además, con la Escuela de Arte de Oviedo.

Ayer mismo hubo una reunión con representantes de la escuela, y Morales aplaude la nueva sintonía municipal en favor del diseño: «Nos han consultado, y como escuela vamos a apoyar en todo lo que se pueda hacer como centro de enseñanza. Ellos también han sido muy receptivos y, por ejemplo, van a colaborar en la organización de Motiva, un cambio muy importante, porque en quince años el Ayuntamiento no nos había hecho caso con Motiva y, de hecho, el que nos apoyaba era Gijón. Ahora el nuevo equipo de gobierno tiene la intención de dar un vuelco total, y eso es muy esperanzador».

En concreto, fuentes municipales confirmaron que confían en poder cerrar con la Escuela de Arte la convocatoria de un concurso de carteles para San Mateo y, si da tiempo, para la Ascensión. También se están estudiando otras iniciativas para intervenciones artísticas de los alumnos en mobiliario urbano.

Cosa distinta es el diseño de la marca Oviedo, como imagen corporativa a gran escala, un trabajo de importancia que en Asturias ha hecho, por ejemplo, y hace pocos años, el Ayuntamiento de Gijón La Escuela de Arte prefiere mantenerse al margen de esos proyectos porque, resume Morales, «son trabajos de envergadura en los que hay que respetar el área profesional».

Con la misma idea, Jorge Lorenzo recuerda que los concursos populares sobre diseño corren el riesgo de acabar en polémica, como ha pasado recientemente con un logotipo de Madrid; pero Lorenzo también celebra como «muy buena noticia» que el Ayuntamiento vaya a cambiar su rumbo y mirar con más detalle, mimo y rigor su imagen.

Hasta ahora Oviedo contaba con pocas cosas. El escudo, sí, que fue sometido a una pequeña modernización hace más de doce años, pero, como matiza Currás, «el escudo debe limitarse al ámbito institucional, porque no puedes ir con la heráldica como marca turística». Cristina Serrador, encargada desde su agencia de algunos de los últimos diseños, como los basados en tipografía e iniciales (OVD) para la promoción de congresos, admite que sí, que Oviedo tiene varias marcas, «pero ninguna fija», y que falta «algo que lo englobe todo».

Queda por ver, más allá de la colaboración con la escuela, cuáles serán los nuevos pasos de Caunedo para dar con la nueva identidad gráfica de la ciudad.