Carolina G. MENÉNDEZ

La primera pregunta de la fase regional de la Olimpiada de Biología «me dejó descolocado», señala Bruno Rodríguez Meana; aun así, este alumno del Instituto Aramo obtuvo la medalla de oro. Dicho premio le ha abierto las puertas de la etapa nacional, que se celebra desde hoy y hasta el próximo día 25 en Murcia. «Era una pregunta fácil pero llamativa en la presentación», cuenta. Se trataba de averiguar cómo sería la descendencia de un individuo elfo con orejas puntiagudas, inmortal, con genes dominantes con otro elfo de orejas cortas, mortal y genes recesivos.

A pesar de la complejidad general de la prueba, que preparó de la mano de su profesora Concepción Hevia realizando exámenes de otras comunidades autónomas y adentrándose en el grueso manual Campbell, este joven de segundo de Bachiller dice haberse enfrentado a los ejercicios con serenidad: «No me puse nada nervioso porque dan mucho tiempo. Ojalá fuera igual en el instituto». Su amor propio le llevó a permanecer en el aula hasta haber leído y releído con detenimiento todas las preguntas y respuestas. Su alto nivel de exigencia consigo mismo y el interés que siente hacia la Biología le mantuvieron atrapado al pupitre hasta cerca del final del tiempo estipulado, tres horas y media. «Muchas personas se fueron transcurrida una hora y los tres últimos nos marchamos a la vez», apuntó. Al término de ejercicio «pensé que lo había hecho mal», dice con total convencimiento, ya que «me fijaba más en las preguntas que no sabía contestar, algunas de las cuales las resolví por deducción y otras por resolución».

Bruno Rodríguez tiene un excelente expediente académico, compagina sus estudios con segundo de grado medio de piano y se debate entre orientar su cercano futuro universitario hacia la Biología o la Biotecnología. De una u otra manera, le gustaría dedicarse a la investigación, «sobre todo genética, de biología celular o neurología». Es consciente de que para profundizar en estas áreas probablemente se verá obligado a desplazarse al extranjero: «No me importaría irme un tiempo fuera, pero sí quisiera volver», manifiesta; no en vano, está acostumbrado a viajar desde la infancia, sobre todo a Grecia, país que ha visitado en más de una docena de ocasiones junto a sus padres, unos enamorados de la cultura helena. Y en mente tiene formar parte del programa Erasmus en algún lugar del norte de Europa.

Mientras se acerca el momento de dar el salto a la Universidad, Bruno Rodríguez Meana se centra en la Biología. Ha estado ocupado preparando la prueba de la fase nacional, que incluye 90 preguntas y una práctica de laboratorio. A Murcia ha viajado junto a los otros dos alumnos premiados en la Olimpiada, David Gutiérrez Rodríguez, del Instituto Río Nora de Siero, y Pablo Argüelles, del IES de Nava. Los cuatro primeros seleccionados en Murcia participarán en Singapur en la etapa internacional; los cuatro segundos lo harán en la Olimpiada iberoamericana, que se desarrollará en Lisboa.