Elena FERNÁNDEZ-PELLO

La tradición de la Balesquida perdura en el tiempo y cada primavera la procesión que conduce hasta San Tirso a la Virgen de la Esperanza desde la capilla de la antigua cofradía de los alfayates, remedo breve de la que originariamente llegaba hasta Santa Ana de Mexide, sale adelante por mucha lluvia, viento o frío que haga: el fervor de socios, cofrades y devotos templa la marcha. Ayer no hubo qué temer, el día amaneció claro y la luz hizo resplandecer a la Virgen, con su manto verde y sus flores anaranjadas decorando el paso en su camino por la plaza de la Catedral.

A las 19.30 horas, en punto, la campana de la Balesquida empezaba a repicar. Los estallidos de los cohetes anunciaban desde hacía ya rato un acontecimiento importante y la Banda de Gaitas «Xiranda», de Siero, animaba la espera a la puerta de la capilla. En el interior los cofrades más jóvenes se preparaban para marchar, y tras las gaitas y el estandarte de la Virgen emprendieron el paso por el enlosado de la plaza de la Catedral. Detrás caminaban los directivos de la Sociedad Protectora y la Cofradía y el párroco de San Tirso, Ángel Rodríguez. Y en último término, cientos de fieles.

El traslado de la Virgen sorprendió a los turistas que aprovechaban la soleada tarde para pasear por el casco antiguo. Su salida de la capilla y su llegada a San Tirso fueron captadas por infinidad de cámaras fotográficas. Muchos contemplaron la procesión tomando el sol en las terrazas de los bares de la plaza.

En San Tirso, la Esperanza fue conducida y depositada a la derecha del altar, junto a la imagen de la Virgen de Covadonga. Allí permanecerá durante estos días, hasta que el sábado sea devuelta a su emplazamiento habitual en la capilla de la Balesquida.

Los fieles entonaron el «Salve, Regina» y el párroco informó de que jueves -es decir hoy-, viernes y sábado, a las 18.30 horas en la iglesia, se rezará el rosario, y a las 19.00 comenzará la eucaristía.

Cuando se complete el triduo en honor de Nuestra Señora de la Esperanza, el sábado, será el momento del rezo del responso ante el sepulcro de doña Velasquita Giráldez, que donó los fondos con los que se creó la Balesquida en el año 1232, lo que la convierte en la cofradía gremial más antigua de España.

El domingo, a las 12.30 horas, la Fama, el heraldo que anuncia el Martes de Campo y pide permiso al Alcalde para su celebración, saldrá por las calles de la ciudad a lomos de un caballo blanco, y el martes que viene, 29 de mayo, la fiesta culminará con el reparto de los bollos, que tradicionalmente se degustan al aire libre.