Á. F. / J. N.

Un grupo de feligreses de la iglesia de San Juan el Real ha organizado una concentración para hoy, a las siete de la tarde, frente al templo, para protestar por el traslado del coadjutor, Álvaro Iglesias, muy probablemente a la basílica gijonesa del Sagrado Corazón, conocida popularmente como la Iglesiona.

En medios eclesiásticos se barajaba ayer como sustituto o, mejor, como nuevo párroco -la plaza está vacante desde el fallecimiento del último titular, Fernando Rubio, el pasado 18 de abril- el nombre del actual párroco del Cristo de las Cadenas, Javier Suárez.

Álvaro Iglesias ha sido durante cuarenta años el más estrecho colaborador de Fernando Rubio, con quien ha formado un equipo muy efectivo. Benedicto Santos, también coadjutor, fallecido hace ahora once años, fue pieza clave de ese grupo parroquial.

El malestar que ayer se manifestaba entre los feligreses se explica precisamente por la vinculación tan cerrada de Iglesias a una parroquia que en muchas ocasiones ha sido considerada modélica y que, ya que llamada la catedral del ensanche ovetense, es un templo especialmente significativo de la ciudad.

En los años sesenta, el equipo de Rubio al que no mucho después se uniría Iglesias estableció una forma distinta de vivir la comunidad parroquial, con una activa participación de los laicos y unos procedimientos administrativos muy actuales. De ahí y del indudable peso económico de la media de la feligresía fue posible construir una casa parroquial en la calle Fray Ceferino, que ha sido y es base para un sinfín de actividades sociales con el sello obviamente cristiano.

La parroquia, sin embargo, tras ver reducido su perímetro y ante el progresivo envejecimiento de los vecinos del centro de la ciudad, no es tan rica como se suele considerar. Atiende a muchos pobres vergonzantes, personas que ocultan su pobreza, circunstancia negativa que se suma a sus escasos recursos.

El fallecimiento de Fernando Rubio dejó una vacante considerada como la más importante de Asturias. Las especulaciones no se hicieron esperar. Entre los nombres de candidatos ha figurado incluso el de Jorge Fernández Sangrador, vicario general de la diócesis, ya que en las nuevas líneas pastorales se anima a que los curiales y altos cargos diocesanos tengan una dimensión pastoral. Es el caso, por ejemplo, de José Ramón Garcés, ecónomo, que recientemente se ha hecho cargo de la parroquia de Santa María La Real de la Corte.