P. G. P.

«El ser humano ha tenido que perder parte de su genoma para ganar capacidades», explicó Carlos López Otín, catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, en el transcurso de la conversación que mantuvo con los miembros de la tertulia «L'Alderique» en la tarde noche del jueves. Otín agregó que esta paradoja genómica hace bueno el lema del arquitecto Mies van der Rohe, cuando señalaba que, en su disciplina, «menos es más».

Más de dos horas y media departió el científico de la Universidad de Oviedo con los integrantes de la tertulia que coordina César Álvarez. Otín desplegó toda su capacidad didáctica ante un colectivo heterogéneo para hablar de genómica, evolución, cáncer, envejecimiento? asuntos todos ellos sobre los que, junto a su grupo de investigación, ha publicado trabajos en las revistas de mayor impacto a nivel mundial. «El mejor científico es el que tiene más sentido común», observó.

En alusión a los procesos tumorales, señaló que «una célula dañada se suicida en aras del bien común, pero cuando se trata de una célula tumoral lo que sucede es que se vuelve inmortal con el fin de dañar al resto del organismo». Un proceso que puede concluir -nueva paradoja- con la destrucción del organismo afectado por el cáncer y, por consiguiente, de la propia célula tumoral.

«Lo raro no es que estemos enfermos; lo maravilloso es que no estemos enfermos desde el primer minuto de nuestra vida», indicó el catedrático en referencia a la sorprendente capacidad del organismo humano para corregir por sí mismo los constantes daños celulares que en él acontecen.

López Otín realizó una férrea defensa de la Universidad como espacio de investigación. «En la institución universitaria, hablo en general, están haciéndose reformas pedagógicas que no me resultan nada convincentes», aseveró. Y prosiguió: «La Universidad está perdiendo competitividad con respecto a los centros de investigación, entre otras razones porque investigar en la Universidad está convirtiéndose en un objetivo muy difícil por falta de dinero». El bioquímico enfatizó que la ciencia de calidad no sólo no cuesta dinero al contribuyente, sino que «trae dinero a la Universidad». «La Universidad es la cantera de la ciencia, y deberíamos respetarla y apoyarla», matizó.

En el ámbito de la evolución, el científico oscense afincado en Asturias pronosticó que el «Homo sapiens sapiens», actual eslabón evolutivo, podría dar lugar al "Homo sapiens 2.0", en virtud de los avances tecnológicos y cibernéticos. «Lo lamentable», añadió, «es que el progreso ético de la humanidad no vaya acompasado con el avance tecnológico».

Otín respondió a multitud de preguntas de los tertulianos, y tanto durante el coloquio como al final del mismo elogió «la calidad» de las cuestiones planteadas y de las intervenciones de sus interlocutores.