La 47.ª promoción de ingenieros formados en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo recogió ayer sus diplomas entre mensajes optimistas, como el lanzando por Carlos Espina Iglesias, (Oviedo, 1966), director corporativo de Investigación y Desarrollo del grupo Lafargue, que animó a los nuevos titulados a adentrarse en campos alternativos al de la minería del carbón, con fecha de caducidad en la región.

El Aula Magna de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo acogió el acto académico con motivo de la festividad de Santa Bárbara, presidido por el rector, Vicente Gotor, que incluyó la conferencia titulada «¿Pueden innovar los materiales tradicionales?». Espina dejó claro que sí. El mensaje de optimismo, para afrontar los tiempos duros que aguardan a los futuros profesionales, fue retomado también por el resto de los participantes en el acto, entre ellos, el delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo; el director de la Escuela, Francisco Blanco; el decano presidente del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste, Juan José Fernández Díaz, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, Jorge Menéndez Vallina, todos ingenieros de Minas, salvo el rector, que es químico, como recalcó en el transcurso del acto. Gotor definió la jornada como un día «para el recuerdo y la celebración» y aseguró que «cada vez que despedimos a una promoción celebramos el éxito de la Universidad». El rector animó a los nuevos ingenieros «porque habéis culminado unos estudios muy exigentes y el título universitario sigue siendo una de las principales vías de acceso al empleo», indicó.

«La carrera es muy versátil, de hecho, los ingenieros se colocan en muchas empresas que no tienen nada que ver con el carbón y los ingenieros de Oviedo están muy solicitados», resaltó Gotor. Hizo hincapié en la entrada en vigor del máster en Ingeniería de Minas, en el curso 2014-2015, que culmina la implantación del «plan Bolonia» en la Escuela de Minas, de la que este curso saldrá la primera promoción de graduados en Ingeniería de Tecnologías Mineras. «Hemos conseguido superar las dificultades iniciales y ahora debemos mirar al futuro», recalcó el rector.

El inicio del acto revistió una emoción especial. Comenzó con la canción «En el pozo María Luisa», conocida como «Santa Bárbara bendita», el himno popular de los valles mineros asturianos. Prosiguió con un minuto de silencio por las víctimas del accidente del pozo Emilio del Valle, en Santa Lucía de Gordón (León). De Lorenzo destacó la formación que han recibido los alumnos «forjada en lo que yo llamo el espíritu de la Escuela de Minas», explicó. «Que desaparezcan algunas actividades -en alusión al carbón- no quiere decir que lo hagan los ingenieros, vamos a desempeñar un papel decisivo», remarcó. Francisco Blanco apostilló que aunque algunas explotaciones lleguen al final de su vida útil «la minería no se acaba».

Antonio Rodríguez Alzueta, número uno de la promoción, habló en nombre de sus compañeros y recalcó el orgullo que sienten al culminar una etapa que, según dijo, «ha sido una dura prueba de fortaleza intelectual y perseverancia». Reconoció que la carrera cuenta con un amplio abanico de opciones. El secretario de la Escuela, Rodrigo Álvarez, leyó la memoria del pasado curso, en el que 35 alumnos disfrutaron de becas en otros países y se leyeron doce tesis doctorales. Un total de 289 estudiantes cursan sus estudios en la Escuela ovetense, de los que un 34% son mujeres, como resaltó Álvarez. Los premios fin de carrera, patrocinados por diferentes empresas y entidades, fueron para Ricardo Gómez, Antonio Luis Marqués Sierra, Víctor Eduardo García, Borja Orviz, Pablo Marín, Daniel Fernández, Sara Vázquez y Naomí Álvarez. El presidente del Principado, Javier Fernández, también ingeniero de Minas, envió una carta de felicitación.