Las pintadas le salen muy caras a los ciudadanos de Oviedo. El concejal de Limpieza en el Ayuntamiento, Benjamín Rodríguez, se reunió ayer con los distintos colectivos y asociaciones vecinales del casco antiguo para anunciarles la puesta en marcha en agosto de un nuevo "plan especial" para retirar grafitis del barrio, una actuación que le costará 47.272 euros a las arcas municipales y que ya se ha tenido que repetir en otras dos ocasiones durante ejercicios anteriores. Estos casi 50.000 euros hay que sumarlos a los 125.000 que invierte anualmente el Consistorio en la retirada de pintadas de las fachadas, esculturas o mobiliario urbano. Por lo tanto, Oviedo se gastará este año al menos 172.272 euros en reparar los daños causados por este tipo de actos vandálicos.

Benjamín Rodríguez, que presidió la reunión celebrada en el centro social de Campomanes, asegura que el Ayuntamiento ha realizado "un exhaustivo trabajo de campo" -recogiendo "documentación gráfica y documental de la parte baja de los edificios del casco antiguo"- y que el plan está diseñado para actuar "al menos" en 26 calles del barrio. "El noventa por ciento de los edificios de la zona son catalogados y, además, el casco viejo es una parte de la ciudad muy transitada por los turistas", asegura el concejal de Limpieza para justificar la intervención. "Los trabajos consisten en la limpieza de distintos soportes en los que se encuentran los grafitis, tales como piedra, enfoscados, carpinterías de madera y carpinterías y cerrajerías metálicas", matiza el edil.

Respecto a los plazos de ejecución, el edil les explicó a los vecinos que "se espera que arranquen en agosto y finalicen en octubre", si bien "en San Mateo está previsto que se suspendan por las fiestas".

La proliferación de pintadas en toda la ciudad ha hecho que el Ayuntamiento de Oviedo destine tres equipos de limpieza en exclusiva a este tipo de menesteres. Las brigadas "anti grafiti" disponen de furgonetas en las que transportan una manguera de agua a presión y los productos específicos necesarios para retirar las pintadas más difíciles de eliminar. Por ahí se van los 125.000 euros anuales fijos, pero la situación que se ha generado en el casco viejo ha obligado al Consistorio y a los ciudadanos a volver a rascarse el bolsillo.