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Seis horas críticas en el Hospital Central

La mayor avería informática del HUCA llegó en el día de más pacientes en Urgencias

El colapso fue paliado por los médicos de guardia del centro, que masivamente acudieron a ayudar a sus colegas para aliviar las demoras

Área de acceso al servicio de urgencias del nuevo HUCA. MIKI LÓPEZ

Se juntaron el hambre y las ganas de comer. La mayor avería del sistema informático Millennium, sucedida en la tarde de anteayer, miércoles, coincidió con el día de mayor afluencia de pacientes a las Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), desde que el complejo sanitario abriera sus puertas en la nueva sede de la Cadellada, el pasado 14 de junio. Un total de 310 enfermos fueron atendidos a lo largo de esa jornada. Muchos de ellos se vieron obligados a soportar largas demoras.

Las consecuencias para los usuarios no llegaron más lejos gracias a la solidaridad de los médicos que estaban de guardia en el hospital, que se avinieron a auxiliar a sus colegas de Urgencias. Incluso algún jefe de servicio acudió para pasar consulta y aliviar el atasco. "Del jefe de la guardia para abajo, todo el mundo se implicó. La solidaridad evitó un desastre aún mayor. El director del Hospital actuó con mucho tacto y eso también ayudó", indicaron varios testigos de la aciaga tarde.

Según la versión ofrecida ayer por la Consejería de Sanidad, "durante todo el tiempo en que se produjo este evento se mantuvieron los niveles de seguridad de los pacientes, al no afectar a la historia digital ni al resto de funciones del sistema".

Los problemas del sistema informático ya comenzaron a evidenciarse en la mañana del miércoles. En un principio, hubo quien atribuyó los achaques a la parada técnica a la que el Millennium había sido sometido en la madrugada del martes al miércoles. Fue a las cuatro de la tarde cuando ya empezaron a ser elocuentes los síntomas de flaqueza.

Unas seis horas duró el calvario para los profesionales del servicio de Urgencias, quienes vieron cortadas sus comunicaciones con áreas tan vitales como los laboratorios de análisis y el área de radiodiagnóstico. Asimismo, las órdenes que los médicos introducían en los ordenadores no podían ser visualizadas por las enfermeras. En resumen, una situación caótica que obligó a los trabajadores a recurrir al papel en todos los pasos del proceso asistencial.

Los profesionales sanitarios optaron por entregar a los pacientes un escrito en el que explicaban las causas de las interminables esperas que estaban sufriendo. A las diez de la noche, el sistema volvió a dar señales de vida y el ritmo asistencial tendió a recobrar la rutina. La normalidad fue la tónica dominante a lo largo de la jornada de ayer.

El sistema Millennium, cuya adquisición ha supuesto una inversión de unos 17 millones de euros, ha sido objeto de numerosas críticas desde el primer momento de su implantación en el nuevo HUCA. Son numerosos los trabajadores del centro que lo consideran inadecuado o, cuando menos, escasamente ajustado a las necesidades reales del Hospital Central. Con todo, continúa siendo defendido por los máximos responsables de la Consejería de Sanidad, comenzando por su titular, Faustino Blanco, quien el propio miércoles, pocas horas antes del grave contratiempo, declaraba ante los medios de comunicación que la herramienta informática había entrado "en un ritmo de trabajo normalizado".

Ayer, la Consejería dio la cara con una explicación pormenorizada de lo sucedido. Sanidad aclara que la parada del sistema en la madrugada del pasado miércoles estaba "programada" y había sido anunciada previamente a toda la organización. "Fue una parada normal de mantenimiento como las que se producen en todos los sistemas y aparatos informáticos para grabar datos e incorporar otras mejoras", indica la Consejería.

Respecto al contratiempo de la tarde del miércoles, la Consejería señala que, sin ánimo de "minimizar nada, únicamente produjo que no se pudieran enviar en tiempo real algunas peticiones (analíticas y de radiodiagnóstico fundamentalmente) sin afectar al resto de las funciones del sistema más vinculadas con la seguridad del paciente (consulta de pacientes e historia electrónica se mantuvieron en funcionamiento)".

Según Sanidad, "las solicitudes de pruebas, en todo caso, quedaban registradas (no hubo fallo de registro), si bien la incidencia provocó retrasos no deseados en el envío de las peticiones, lo que indica que durante todo el tiempo en que se produjo este evento se mantuvieron, como decimos, los niveles de seguridad de los pacientes, al no afectar a la historia digital ni al resto de funciones del sistema".

Enfatiza la Administración sanitaria que "se aplicó perfectamente el 'protocolo de contingencia funcional' desarrollado y establecido por el HUCA, destacando el alto grado de conocimiento entre los profesionales y la alta colaboración por parte de todos ellos en su aplicación".

Este conjunto de circunstancias contribuyeron, apostilla el Gobierno asturiano, a que "no hubiese repercusiones importantes en la asistencia sanitaria, salvo retrasos en algunos procesos, sin aparecer ninguna incidencia reseñable como preocupante en términos de diagnóstico, tratamiento o pronóstico".

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