Tres horas de afeites y trucos lograron que el amor triunfase sobre la inútil precaución que tal es el subtítulo de la ópera así que "El barbero de Sevilla", de Rossini, volvió a demostrar en el Campoamor que es una obra de primerísima aunque, en lo visto y oído, no todo fuese de diez. Cuarto título de la LXVII temporada lírica carbayona con una producción de la casa, ya vista, ya discutida y que volvió a presentar glorias y limitaciones. El barítono Dalibor Jenis, como Fígaro, triunfador según partitura y libreto, ganó también sobre las tablas. Al final, ovación general de cinco minutos y 44 segundos. Y pateo a la dirección de escena, ahogado con algunos bravos: la ópera-polémica en estado puro.

El maestro Ottavio Dantone, al frente de la OSPA, ofreció una obertura redonda y prometedora. Mediante "Ecco ridente in cielo", del conde Almaviva, el tenor Bogdan Mihai mostró sus agilidades y voz clara. Y Fígaro-Jenis, con su entrada inmortal "Largo al factotum" sentó plaza, con calidad vocal y escénica. Los juegos con los cubos de basura -sí, acertó Mariame Clément, directora de escena- y otros atrevimientos se vieron ayer mejor que hace cuatro años.

El dúo "All'idea di quel metallo" de Fígaro y Almaviva, bien, dio paso a la famosísima aria "Una voce poco fa" que permitió a la soprano Carmen Romeu, como Rosina, competir por el éxito de la noche mientras se depilada. Bien por el rasgo pop frente a los gastados recursos de la bufonería.

Y también se sumó a la cordial competencia el bajo Carlo Malinverno, como el profesor Don Basilio, toda la noche muy bien y en especial en la esperada aria "La calunnia é un venticello". "Dunque io son?" el dúo de Rosina y Fígaro se saldó acertadamente y lo mismo el aria del fatuo doctor Don Bartolo: "A un dottor della mia sorte" encarnado, acertadamente, por Enric Martínez-Castignani. Rosina queda "Fredda ed immobile". El concertante llenó todo de pirotecnia y fuerza graciosa. Bien el coro de la Ópera de Oviedo. Tras el descaso, mil enredos con el quinteto "Don Basilio! Cosa veggo!" y el bellísimo rondó de Rosina "Contro un cor" mientras recibe una falsa clase de canto. Almaviva canta "Cessa di piú resistere" y Don Bartolo es víctima de sus precauciones. El conde y la pupila se casan. El amor siempre triunfa en Sevilla.