Martín Escandón, psicólogo de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), diseccionó ayer los efectos emocionales de esta enfermedad y afirmó que "los familiares directos del paciente son los grandes olvidados, pero requieren una atención específica". Y hasta tal punto que se producen "auténticas rupturas familiares en las fases de tratamiento". El psiconcólogo (psicólogo especialista en enfermos oncológicos), también expuso que "no todos los enfermos de cáncer necesitan el mismo nivel de información".

Escandón participó ayer en un acto del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA con motivo del Día Mundial contra el Cáncer y organizado por la AECC de Asturias. Bajo el título "Atención integral al paciente oncológico y familiares", intervinieron también Erika Corral Menéndez, paciente del programa de atención psicológica de la AECC Oviedo; Cristina Suárez de la Vega, médico de cuidados paliativos del Área IV; y Margarita Fuente Noriega y Margarita Collado Fernández, presidenta y vicepresidenta, respectivamente de AECC Asturias.

"La inmensa mayoría de los psiconcólogos han salido de la AECC", explicó Martín Escandón, quién refirió las fases en las que actúan: prediagnóstico y diagnóstico, tratamiento, recaída y etapa terminal o paliativa. En la primera de ellas, "se produce un shock emocional tremendo, de modo que en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se ha dispuesto ya un programa denominado 'Primer impacto'". El objetivo es "atender a la persona lo antes posible, escucharla o hacerle ver que faltan pruebas todavía". En esos momentos, el psicólogo ha de "manejar la información que cada individuo precisa, ya que no todos los pacientes necesitan lo mismo". Esa información "ha de suministrársela el oncólogo o la oncóloga, y el psicólogo puede orientarle en las preguntas que ha de realizar al médico".

También es propio de esa fase transmitir al paciente "espíritu de lucha, y que se pregunté qué es lo que depende de él y qué puede aportar", agregó.

Ya en la fase de tratamiento acuden los "miedos ante la operación, la mutilación o la quimio y radioterapias". Es en esa etapa cuando "surgen problemas familiares e incluso auténticas rupturas (si uno hace más que otro, por ejemplo), y el psicólogo ha de aconsejar que todos arrimen el hombro". La fase de recaída "es más dura emocionalmente, por el sentimiento de indefensión", y en la terminal y paliativa comparecen varios factores, como "el espiritual, que no es exclusivamente religioso, y que resulta un apoyo muy eficaz incluso en personas agnósticas".

Por su parte, Margarita Fuente, recordó que "un millón y medio de personas padecen cáncer en España y el fin de la AECC es el cuidado integral del paciente". Y Margarita Collado recalcó que "todas las colaboraciones con la AECC, sin ánimo de lucro, van a ser pocas y nuestros psicólogos trabajan a destajo", pero "el mejor activo que tenemos son los voluntarios, sobre todo, los hospitalarios, y necesitamos más".