Su lucha contra el cáncer duró veinte minutos, distribuidos en dos sesiones de diez. Pero eso fue gracias a que anduvo avispado cuando observó un lunar que le había salido en el pecho. Si llega a dejarlo pasar, o si la mancha le hubiera surgido en la espalda, cabe la posibilidad de que hoy estuviéramos hablando de una lucha encarnizada contra un tipo de tumor capaz de extenderse a otras zonas del organismo y que cada año se cobra aproximadamente un centenar de vidas en Asturias.

Rodolfo Montoya, ovetense, 44 años, ilustra a la perfección los objetivos de la campaña de prevención y detección precoz del cáncer de piel "Euromelanoma 2015". Una acción en la que el servicio de dermatología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se ha implicado de forma especial, y que en la edición de este año se traducirá en la presencia -a lo largo de la mañana de hoy, viernes- de cuatro especialistas en el edificio de la Facultad de Medicina de Oviedo para atender a los estudiantes o personal universitario que presenten alguna lesión cutánea sospechosa o que deseen información sobre la prevención del cáncer de piel.

Fue en el año 2012 cuando Rodolfo Montoya detectó que tenía un lunar. "En aquel momento no sabía si llevaba meses, años o naci con él. Lo tenía en el pecho y me daba la sensación de que había crecido algo", explicó ayer este ovetense en un acto divulgativo organizado por el HUCA. El lunar -prosigue- "no era feo, tendría un tamaño de dos milímetros; podría ser hasta bonito, pero me escamó un poquitín".

Admite Montoya que en su actitud de sospecha pudo influir su condición profesional: es técnico de prevención de riesgos laborales. "Fui comparando el lunar con otro que tenía cerca, y al cabo de unos meses vi que había crecido algo. El contorno era un pelín irregular, pero había que fijarse mucho para darse cuenta". Echó mano del álbum. "Vi fotografías del año 2011 en las que no aparecía el lunar. Sin embargo, en las del verano de 2012 aparecía claramente. No era una cosa espectacular, sino muy pequeña".

Acudió al centro de salud, y le derivaron al dermatólogo. En el HUCA, a principios de 2013, le atendió la doctora Cayetana Maldonado, experta en cáncer de piel. "Al verlo me dijo: 'Vamos a quitarlo por prevención, vuelve dentro de un mes'. Hasta ahí yo estaba muy tranquilo. Cuando vuelvo, me dice que es un melanoma".

Rodolfo Montoya, surfero desde hace más de 30 años, además de esquiador, se hizo entonces consciente del valor de una observación perspicaz y una actitud vigilante: "Si no hubiera sabido nada al respecto, podía haberse extendido". Por eso, cuando tuvo que volver al HUCA "me temblaban las rodillas". Pero el problema estaba atajado de forma eficaz con las dos sencillas intervenciones de diez minutos de duración: "Dado que se cogió en un nivel muy inicial, ahí se acabó. Si lo hubiera tenido en el centro de la espalda, dependería de la suerte o de que alguien me avisara. Pero no era un lunar feo; era como los que veo en muchos de vosotros, negro", advierte a los periodistas que tiene enfrente.

Tercia la doctora Maldonado: "Era un cáncer 'in situ', sin ninguna capacidad de extensión, de irse a ningún sitio. Es un ejemplo de que estas campañas, tener una cierta cultura dermatológica, es útil. Por eso insistimos tanto".