Los vecinos del populoso barrio de Teatinos -con 15.118 residentes es de los más poblados tras la zona centro, La Corredoria y Pumarín- confían en que encontrarse en el área de influencia del nuevo Hospital les sirva para mejorar servicios como la limpieza o conseguir más y mejores instalaciones deportivas. Así al menos lo expresa Miguel Ángel Domingo. "Que se haya trasladado el HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias) aquí es perfecto", dice durante un paseo con su perro Pipo. "Veo que el vecindario está bien, muy limpio, aunque echo en falta más papeleras para poder tirar las caquitas de los perros", añade Domingo. "Se podrían mejorar los parques infantiles y las zonas por las que pasean los ancianos, que ya están viejas", añade.
Mar González vive desde hace quince años en Teatinos, y se encuentra muy cómoda en el barrio. "He visto una evolución impresionante. Ahora tenemos un centro comercial, el hospital, y gran cantidad de cafeterías. Puedes hacer vida en el barrio perfectamente, estamos muy bien servidos", dice.
Todos los vecinos de la zona coinciden en que el HUCA "le ha dado mucha vida a la zona". Desde que el nuevo hospital abrió sus puertas en junio del pasado año, el barrio ha visto cómo aumenta el tránsito de visitantes de toda Asturias camino del nuevo complejo sanitario. El HUCA es una gran responsabilidad para el vecindario, que según algunos vecinos, aún no está a la altura que debería para atender el aluvión de visitas. "El barrio está bien, aunque se deberían de construir más parques, que ahora tenemos más gente por el vecindario. La zona del hospital no tiene, cosa que no me explico", comenta Delia Fernández. "Además, creo que la frecuencia de autobuses es escasa", enlaza.
Antes de la llegada del hospital, ya había comenzado un proceso de transformación, con el cierre del matadero municipal, cuyos terrenos pasaron a manos de los propietarios del actual centro comercial, el tercero con el que contaba la ciudad por aquel entonces, pero también con el aumento de las construcciones de viviendas que sufrió la zona, obligando al Ayuntamiento a mejorar las conexiones con los barrios colindantes, y creando un centro deportivo para que los vecinos de la zona pudieran disfrutar sin tener que desplazarse a otras zonas en los que ya se contaba con instalaciones deportivas.
Para Rocío Castaño, la piscina con la que cuenta el vecindario no es suficiente. "Echo de menos un gimnasio en la zona. Pero este barrio es tranquilo, por lo que salgo a correr mucho por él", comenta la joven. "Llevo trece años viviendo aquí, y sin duda es una de las zonas de Oviedo que más me gusta", sentencia.
Muchos son los vecinos que se han criado en la zona y que continúan viviendo en ella, ya que no le encuentran pega ninguna. "Tenía diez años cuando me mudé aquí, el barrio mejoró sobre todo con la llegada del hospital. Tenemos un centro comercial, farmacias, bares de sobra, aunque hay una auténtica masificación de las terrazas, casi no se puede pasar", se queja Manuel Méndez. "No es un barrio inseguro, pero nunca viene mal tener más seguridad, que nunca se sabe. Además hay zonas en las que falla la limpieza", sentencia.
