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Las opiniones

La música se pone en pie por el Cá Beleño

Artistas de toda Asturias se movilizan en defensa del bar ovetense y contra la legislación que prohíbe actuaciones en vivo

La música se pone en pie por el Cá Beleño LNE

El cese de los conciertos en Cá Beleño, referencia indiscutible en la historia reciente de la música asturiana, ha movilizado a artistas y hosteleros, y la clientela también se ha puesto de su parte. Hay confusión sobre la denuncia que ha conducido a que el Ayuntamiento prohíba las actuaciones y la música en vivo en el local sin autorización previa, y también sobre las consecuencias que tendrá, pero ayer todos se mostraban de acuerdo en que ha llegado el momento de poner la legislación al día. El próximo miércoles, al mediodía, gente del mundo de la música de toda Asturias se reunirá en el Cá Beleño para diseñar un plan de acción que trasladarán esa misma semana al gobierno tripartito local, integrado por Somos, PSOE e IU.

"No es un tema de ruidos, ni de aforos, ni de horarios", explica Franky Delgado, el propietario del negocio. Es una cuestión de licencias y las licencias están reguladas por una ley autonómica de 2002. "Un bar con licencia de bar musical como el Cá Beleño, preparado técnicamente para emitir música amplificada, con un volumen de hasta 90 decibelios, no puede ofrecer música o canto en vivo a igual el volumen", refiere.

Para poder ofrecer conciertos o jam sessions, como los que programan semanalmente, se requiere, según Franky Delgado, "una licencia de discoteca, que ya no se concede a ningún local del casco antiguo". Añade que su bar no tiene metros para optar a una licencia de ese tipo.

Si la ley es "absurda" hay que cambiarla. Ése es el argumento de Jorge Otero, uno de los componentes de "Stormy Mondays", que ayer, sentado en la terraza del establecimiento, se quejaba de que "en un bar musical el ruido pueda llegar a los 90 decibelios si el sonido sale de una máquina, pero si lo produce un humano, un músico tocando, es ilegal". Otero considera este revés a la música en vivo como "una oportunidad" para atajar el problema de una vez por todas, y se lamenta de la inseguridad con la que trabajan los músicos. "Cualquiera de nosotros sabe que en medio de un concierto en un local la policía puede venir a preguntarnos qué hacemos", comenta. No es lo habitual, admite, pero sucede.

Los defensores de la continuidad de los conciertos en el Cá Beleño apelan a su contribución a la música tradicional y a la difusión de la cultura asturiana. Piedad Gutiérrez es clienta asidua y se presenta como programadora musical. "Hay que fomentar la creación y la música en directo y apoyar a locales como el Cá Beleño, que son emblemáticos y que tienen una trayectoria irreprochable. El Cá Beleño debería ser declarado patrimonio cultural", sostiene. "Esto no es una discoteca, no cobra entrada, es un local que ofrece un valor añadido", subraya Piedad Gutiérrez.

José Ramón García Mesa, miembro del grupo "The Waltins", actuó recientemente en el local y lamenta que a causa de una regulación deficiente esté en riesgo su actividad. "Los dueños casi pierden dinero con las actuaciones y promocionan la cultura. Ya podían aprender otros", argumenta. Y subraya: " El Cá Beleño es una institución, un referente". John O'Ray, que también ha actuado en el bar de Martínez Vigil, hace hincapié en que "con esto perdemos todos". "Conozco la historia, porque me ha pasado en otras ciudades de España. Habitualmente esto es por luchas entre los locales de la noche", cuenta.

Yolanda Elvira es cliente del Cá Beleño y dice que en su entorno próximo hay mucha gente intentando abrirse camino en la música. Se pregunta "por qué no dejan que la gente se exprese, cuando lo hace sin molestar a nadie", y advierte de que están condenando a "muchos músicos que quieren salir adelante y que tienen como único ingreso los ochenta o cien euros que cobran por tocar en vivo en los bares".

No todos son de la misma opinión. Hay voces discrepantes, como la de Miguel García "Miguelo", quien mantiene que "si un bar solo tiene licencia para música amplificada debería cumplirla. Si tienen licencia para una actividad y realizan otra, están fuera de la ley, lo lógico es que se les obligue a cumplirla. No entiendo donde está la polémica. Los locales que tienen licencia para música en directo pagan por esas licencias".

Aurelio Argel, programador musical, no comparte esa opinión. "A Lisardo Lombardía le dan la medalla de plata de Asturias y al Cá Beleño le quitan la música", se extraña. Destaca que el local es "la cuna" de la música asturiana y que su nombre constituye "una contraseña", reconocible en todo el Arco Atlántico. "Si se acaba el Cá Beleño no es un bar el que desaparece, lo que se cierra es una puerta a la cultura popular asturiana".

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