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Somos desafina en los bares

El socio mayoritario del tripartito local tropieza con la ley autonómica que regula la música en vivo, cuyo cumplimiento le toca vigilar aunque se opone a ella

Taboada, entre Ignacio Fernández del Páramo y Nacho Vegas, durante la reunión con músicos y hosteleros. JULIÁN RUS

El socio mayoritario del tripartito que gobierna en el Ayuntamiento de Oviedo, Somos, se ha visto abocado a velar por el cumplimiento de una ley, la que regula la música en vivo en los bares, con la que está en desacuerdo. Hace unas semanas, el concejal de Licencias, Ignacio Fernández del Páramo, de Somos, estampaba su firma en una resolución en la que recordaba a los propietarios del Cá Beleño, uno de los locales de referencia de la música folk en Asturias, que de continuar adelante con las actuaciones en directo se exponía a una multa que podría ser de hasta seis mil euros; el pasado viernes, después de una "jam session" en el bar, la vicealcaldesa Ana Taboada, de su mismo grupo municipal, aseguraba que el equipo de gobierno no intervendrá para detener los conciertos en los bares si no hay quejas vecinales por ruidos o molestias.

El PP, al frente de la oposición local y que durante los últimos veinte años ha controlado el gobierno de la ciudad, se apresuró a atribuir el giro político de Somos Oviedo a desavenencias internas. La marca de Podemos en la ciudad ha manifestado que la legislación le viene dada, que es de competencia autonómica y, cuando la semana pasada el asunto trascendió, reconoció que estaba obligado a acatarla aunque la consideran injusta.

Estos últimos días, Somos ha ido más allá, dando a entender que su aplicación de la norma será laxa y animando a los músicos y los dueños de los bares donde suelen actuar a que se movilicen para cambiar la ley, promoviendo una iniciativa parlamentaria ciudadana.

La Ley de Espectáculos de 2002, que es la que regula las actividades que se pueden desarrollar en uno u otro local, está pendiente de desarrollo. Entre tanto, a pesar de que de vez en cuando se reabre el debate sobre la música en vivo, los bares han seguido programando conciertos en directo.

La normativa en vigor permite que los bares pongan música, siempre que se mantengan dentro de los limites legales de ruido. Sin embargo, aún sin excederlos, establece algunas condiciones para que programen conciertos en directo, como informar al Ayuntamiento de ellos con un mes de antelación. En el arranque de la polémica, Ana Taboada mostraba a los propietarios de los bares esta posibilidad para seguir adelante con su actividad, mientras no cambiara la ley. Los locales han de informar de la celebración de las actuaciones y justificarlas, precisaba la abogada, citando el texto legal.

El pasado miércoles el concejal de Licencias y la vicealcaldesa se reunieron con los hosteleros y los músicos. Hubo buena sintonía y Somos se ofreció a mediar entre ellos y los vecinos, que defiende su derecho al descanso y que llevan sus reclamaciones hasta el extremo de pedir que deje de sonar la música en los bares, sea grabada o en directo, y que se concentre en los auditorios y las discotecas.

Los últimos en hacer oír su voz en favor de la música en directo han sido los miembros del colectivo SOS Cultura, entre el que hay muchos afines a Somos. La agrupación se ha visto en el brete de ejercer sus responsabilidades de gobierno, entre ellas velar por el cumplimiento de la ley, o mantenerse al lado de un sector de la ciudadanía con los que comparten ideas.

El protagonista de la revuelta ovetense por la música en vivo en los bares ha sido el Cá Beleño. Pocos ovetenses habrá que no hayan pasado por él. Lleva 28 años abierto, en el se han forjado grupos asturianos que han hecho historia en el folk y han actuado artistas internacionales. Fernández del Páramo firmó el pasado 12 de agosto la resolución en la que apelaba a la Ley de Espectáculos. La semana pasada, los propietarios del negocio daban cuenta de la prohibición en las redes sociales y la noticia corrió como la pólvora, sumando adhesiones sobre todo entre la gente de la música.

Una semana después, el miércoles pasado, músicos de toda Asturias acudieron a la convocatoria de una reunión para analizar la situación de los bares y los músicos, que es la misma en todos los municipios porque la ley es de ámbito autonómico. Pablo Moro, Toli Morilla o Nacho Vegas asistieron y estuvieron representadas la Asociación de Músicos de Oviedo y la Caja de Músicos de Gijón.

La movilización se ha materializado en la recogida de miles de firmas y en una asociación, la de La Cuesta de Oviedo, que aún está gestándose y que defenderá los intereses de los locales musicales de la calle Martínez Vigil, según indicó el dueño del Cá Beleño. Además, añadió que se ha difundido por otros países a través de los muchos músicos que han pasado por el local.

Y mientras la sociedad se moviliza para cambiar la ley, Somos afronta las contradicciones a las que empuja el ejercicio del poder en democracia.

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