Al verano aún le quedan veinte días por calendario, pero Oviedo ya sabe que ha vivido el mejor de su historia desde el punto de vista turístico. Hoteles con ocupaciones altas -medias del 85% en julio y rozando el lleno durante casi todo agosto-, precios más elevados por habitación y las calles repletas de visitantes conforman la escena turística de la ciudad durante las últimas semanas. Como sucedió ayer, una jornada de calor pegajoso, que dejó además agua abundante hacia las nueve de la mañana, otro chaparrón pasadas las once y tormenta a la noche.

Pese a la lluvia, la presencia de turistas en el Antiguo fue notable, quizá no tan intensa como el anterior fin de semana, pero aún suficiente para dejar con buena cara a hosteleros y hoteleros, que consideran el día de ayer como el último de la temporada estival. "Las reservas dan a partir de hoy un bajón importante", afirma Fernando Corral, responsable de la rama hotelera de OTEA, la patronal asturiana del turismo y la hostelería, a la espera del nuevo repunte, aunque más leve, que se produce durante San Mateo. "Pero el verano ha aguantado muy bien. Aumentó la tasa de ocupación y también el precio medio de las habitaciones. Ya el año pasado el número de pernoctaciones fue superior, pero con precios muy bajos y cuando sucede así suele significar pérdidas para los hoteles", añade.

Durante parte de la primavera y el verano, y aún en las próximas semanas, las mañanas del fin de semana en el Antiguo contaron con el programa tradicional del folclore en la calle, que tanto llama la atención a los visitantes. Ayer era el turno de la banda de gaitas "La Laguna del Torollo" , de San Claudio y del grupo de baile tradicional del Centro Asturiano. Les tocó lidiar con el agua y atecharse en alguna que otra ocasión, aunque no fue inconveniente para que pasearan su música por las calles del casco viejo ovetense.

Aún habrá que esperar unos días para que los empresarios del sector ofrezcan el balance oficial de visitantes, pero la experiencia en la calle ya dice que la temporada ha sido buena, la mejor desde 2006, antes de la crisis, según apuntan los hoteleros. La ciudad se sigue nutriendo principalmente de turistas nacionales, aunque la representación internacional se deja notar poco a poco. Como Stephan Haller, londinense, que ha situado Oviedo como una de sus paradas durante su periplo de vacaciones por España, junto a su pareja. Dice que escogió la ciudad "por Woody Allen, me identifico con su filosofía de vida", confesaba junto al Ayuntamiento después de haber visitado La Catedral. Los grupos de folclore tradicional llamaron su atención y hasta se fotografió con ellos después de jalearlos a voces. "Estas cosas son buenas para las ciudades", dijo antes de continuar con su paseo.

En la misma situación se encuentra Pedro Ignacio Valle, vizcaíno de Barakaldo. Después de pasar sus vacaciones en Galicia, hizo una parada en la región para "conocerla un poco mejor". "Tengo el hotel en Gijón, pero hoy vine a pasar el día a Oviedo. Acabo de llegar, pero ya me he dado cuenta de lo bonita que es la ciudad. Tenían razón unos amigos cuando me lo recomendaron", aseguró, mientras escuchaba expectante a la banda de gaitas en la Escandalera. Además, añadió: "Me gusta mucho que se hagan este tipo de iniciativas, así conseguimos que no se pierda la tradición cultural que tanto nos costó forjar". Del País Vasco, en este caso de Vitoria, también son Pedro Fernández y su esposa. Aseguran que "Gijón les gusta más", pero que Oviedo "tiene su encanto". "Lo que más me ha llamado la atención, aparte de los bailes tradicionales a cielo abierto, es lo limpia que está la ciudad. La calidad de vida por aquí debe de ser muy alta", elucubró el turista vitoriano.