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El corazón del cadáver vuelve a latir

Expertos en anatomía reunidos en Oviedo presentan las innovaciones más recientes de la disciplina, como cuerpos inertes que sangran de forma artificial

José Antonio Vega, a la izquierda, y Francisco Sánchez del Campo, en la exposición "Human bodies". MIKI LÓPEZ

Cadáveres con corazones que vuelven a latir y a sangrar como si de zombis se tratase, facilitando así la docencia de la medicina; y gafas que nos otorgan la mirada de un cirujano en el quirófano, son algunos de los avances científicos presentados ayer, en la primera jornada del XXVII congreso de la Sociedad Española de Anatomía, que se prolongará hasta mañana. Entre otros temas candentes de esta disciplina, que van desde la biología molecular hasta la anatomía humana aplicada, Francisco Sánchez del Campo, catedrático de la Universidad Miguel Hernández de Elche, destacó el hallazgo de que la diabetes tipo 2 (la del adulto) puede solucionarse en el quirófano, "algo impensable hace tiempo y que abre un capítulo muy importante, que pueda curarse con el bisturí".

Sánchez del Campo comunicó a los asistentes al simposio los últimos progresos de su equipo en anatomía de los cuerpos inertes. Mediante sangre artificial y un microchip subcutáneo, detalla el investigador, "el corazón de estos cadáveres vuelve a latir, oímos el ruido cardiaco y respiratorio, y podemos ver resonancias en tiempo real". Gracias a este avance, los cirujanos aprenden cómo reacciona el cuerpo durante una operación (con posibles complicaciones como la rotura de una arteria que hay que solucionar sobre la marcha) sin ninguno de los riesgos que entrañaría practicar con pacientes vivos.

La segunda invención divulgada por Sánchez del Campo consiste en unas gafas que "no tienen nada que ver con las de Apple, pero son parecidas". El accesorio lleva incorporados cámara y micrófono, con la posibilidad de proyectar en una pantalla lo que el portador de las gafas ve, con un círculo que señala el punto en el que centra la atención. De este modo, es posible seguir la mirada del cirujano o del anatomista, y el estudiante puede observar al detalle las explicaciones de su profesor, o el equipo de médicos puede supervisar una operación. Además, el propio ordenador puede procesar las imágenes y examinar si el alumno ha encontrado la parte del cuerpo que busca. Se trata de una técnica proveniente del marketing que tiene una aplicación más: examinar a los alumnos de medicina.

De acuerdo con el investigador, "la anatomía no está acabada". "Como decía Cajal, no hay cuestiones acabadas, sino hombres acabados. El cuerpo humano es una fuente de información infinita; siempre podemos descubrir nuevas cosas o nuevas técnicas, como la cirugía de mínima invasión. Hoy es posible actuar sobre tumores del encéfalo entrando por la nariz", declaró. En estos momentos, el mayor desconocido para los anatomistas es el sistema nervioso, por su gran complejidad y porque es "la expresión de lo que somos".

En el acto de apertura del congreso intervinieron el presidente del mismo, José Antonio Vega; el decano de la Facultad de Medicina, Alfonso López Muñiz; el consejero de Sanidad, Francisco del Busto; el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor; la concejala de Sanidad Mercedes González y el presidente de la Sociedad Anatómica Española, José Carretero. Marco de la Rasilla, profesor de la Universidad de Oviedo y director del equipo arqueológico que ha excavado en la cueva del Sidrón, impartió la conferencia inaugural, que versó sobre los restos de neandertales allí hallados.

Por la tarde, los investigadores acudieron a la sala del Banco Sabadell para visitar la exposición anatómica "Human Bodies", de la cual elogiaron su valor divulgativo aunque, al tratarse de especialistas, no les enseñó nada nuevo. Agustín Castañeyra, catedrático de la Universidad de La Laguna, advirtió "por deformación profesional" algunos fallos, como situar el inicio de los latidos del corazón nueve semanas más tarde de la realidad. Por su parte, la decana de Farmacia de la Universidad de Castilla-La Mancha, María del Mar Arroyo, explicó que la docencia diaria no se emplea la técnica de la exposición (plastinación) por su alto coste y porque varía el tamaño de los órganos.

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