Este verano se han puesto de moda en Asturias las "foodtrucks" unas furgonetas que los cocineros han adaptado para preparar pequeños platos y servirlos a los clientes que se lo llevan calentito. Por lo visto es lo más moderno en el mundillo de la cocina y entre los más avanzados en "hipsterismo". Oviedo, que siempre ha sido una ciudad muy de vanguardia, ya dispone desde hace años de sus particulares furgonetas de comida durante las fiestas de San Mateo, como la churrería Esmeralda, que año tras año se instala en la Plaza de la Escandalera. El concepto es el mismo pero sin palés de madera para sentarse y sin más pretensión que cumplir con los clientes. De todos modos no hubiese sido mala idea reunir unas cuantas de esas furgonetas molonas y ponerlas por ejemplo en la Plaza del Paraguas, pero claro, igual los chiringuitos protestaban por no tener el monopolio de los bocadillos, o protestan los vecinos porque la cebolla está demasiado crujiente y no pueden dormir la siesta.
