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DOLORES RIZO | Psicóloga, coordina el grupo de hipnosis del Colegio de Psicólogos de Asturias

"Hay dolores complejos, asociados a una depresión o a una baja autoestima"

"Técnicas como la hipnosis no se aplican en la sanidad pública por falta de tiempo y por intereses del negocio farmacológico"

Dolores Rizo Vidal, en el Colegio de Psicólogos. MARÍA GÓMEZ

El Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias ha celebrado esta semana en Oviedo su primera jornada de hipnosis clínica para el manejo del dolor. Hasta ahora se ha ocupado de la formación de los psicólogos en esa técnica y sus responsables creen que ha llegado el momento de difundirla entre médicos, enfermeros y la población general. Hay muchos mitos y creencias a desterrar, según la coordinadora del grupo de hipnosis del Colegio, Dolores Rizo.

-La hipnosis que los psicólogos aplican no tiene nada que ver con la de los espectáculos, es de suponer.

-Nada. Para empezar una persona entra en hipnosis sólo si quiere, con lo cual no hay perdida de voluntad ni de conciencia. Nunca hará nada que no haría sin estar en estado de trance. Y tampoco es un estado de sueño.

-¿Qué es?

-Podríamos definirlo como un estado de atención focalizada. Toda la atención está puesta en una sola cosa y el hipnotizado se deja guiar por las sugestiones del hipnotizador, que le llevan a un estado que quienes lo experimentan suelen definir como de relajación -aunque los profesionales sabemos que no es exactamente eso-. Las palabras del hipnotizador consiguen que la parte más consciente quede en observación y sin interferir en el subconsciente, donde están los recuerdos, los traumas si los hay y las emociones que el psicólogo debe manejar para generar el cambio.

-¿La hipnosis podría sacar a la luz cosas indeseadas?

-Nunca nada que el cerebro no esté preparado para asimilar. A veces al salir del trance se produce una amnesia.

-Entonces, el psicólogo, con la hipnosis interviene en la parte emocional del dolor.

-La hipnosis es una técnica no una terapia, hay otros componentes que deben resolverse dentro de una terapia. La experiencia dolorosa tiene un componente sensitivo y otro emocional, son las sensaciones, nuestra interpretación y las emociones que asociamos a ellas. Todo eso puede redundar en el dolor físico.

-¿Se puede tratar el dolor antes de que aparezca?

-En una operación u otra intervención, y también durante ella. La hipnosis es una técnica avalada y utilizada en muchos países.

-Si es más barata e inocua, ¿por qué no se introduce en la sanidad pública?

-El protocolo sanitario no deja tiempo para la hipnosis y hay intereses del negocio farmacológico, que está detrás de la medicina intervencionista. En países en los que se utiliza, como Cuba, no hay otros medios para tratar a la población con analgésicos o anestesia.

-¿Los médicos la demandan?

-Su formación está más orientada a la intervención y no es una técnica autorizada en la sanidad pública, lo que no significa que no esté reconocida.

-¿Los pacientes llegan a la consulta privada y por iniciativa propia? ¿A la desesperada?

-Normalmente sí. Llegan a la clínica privada tras fracasos con otras intervenciones.

-¿La hipnosis está indicada especialmente para algunas dolencias?

-El resultado final va a depender del paciente, en que él se implique en la terapia. Requiere un entrenamiento, disposición y capacidad económica. El psicólogo evalúa de dónde viene el dolor, por qué permanece y por qué no desaparece. En algunos casos, con pocas sesiones el dolor queda atrás, como suele pasar con las neuralgias, las cefaleas y los dolores tensionales. Pero hay otros dolores con un cuadro más complejo, asociados a una depresión o una baja autoestima.

-Se nos ha enseñado a sobrellevar el dolor.

-Nos lo enseñan como nos enseñan a no llorar o a no enfadarnos, y sin embargo las emociones forman parte del ser humano. El dolor no es un estado natural, es un aviso y, en todo caso, se puede aprender a convivir con él sin que sea limitante.

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