La radiografía de la ludopatía del siglo XXI enciende la alarma en internet, una fábrica de jugadores patológicos que los produce "más deprisa" y "más jóvenes" que las modalidades de juego presencial. Máximo Gutiérrez, presidente de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados y de la asociación asturiana de afectados (Larpa), expuso ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA las tendencias y las inquietudes de un colectivo en el que la mitad de los menores de 26 años en tratamiento por ludopatía "tiene ya su juego primordial en internet". Que la red haya desbancado a las modalidades tradicionales preocupa en este ámbito porque además de la extraordinaria accesibilidad del medio, el juego online tiene la capacidad de elevar el poder de adicción gracias a la reducción del lapso entre la apuesta y el resultado.

Máximo Gutiérrez pasó revista a una actividad que en el Principado recaudó treinta millones de euros en impuestos directos el año pasado y es el objeto de una ley autonómica que pasa por ser "una de las mejores" de España, que lleva algo más de un año en vigor y que el Principado ya incumple, denuncia, en algunos de sus puntos esenciales. "Después de recaudar treinta millones", lamenta Gutiérrez, "no puede ser que el importe dedicado a la prevención y rehabilitación de la ludopatía sea cero".

La charla que revisó la atención al ludópata en Asturias se detuvo además, en la voz de la monitora de familiares de Larpa, Carmen Llames, en la demanda fundamental del colectivo de conseguir que "la Seguridad Social se haga cargo de este problema". Al decir de Llames, el sistema "debería ser más eficaz, porque de nada sirve que se derive al enfermo a Salud Mental para que el psiquiatra le dé cita en 45 días. Un ludópata es capaz de arruinar a tres familias en tres días", recalca. "Necesitamos que se nos considere adictos, enfermos, no viciosos".