"En la República Centroafricana, los niños pigmeos son semiesclavos de otras etnias africanas que se los llevan de nuestro colegios para trabajar en el campo", relató ayer María Teresa Monzón, seglar y misionera comboniana. Monzón intervino junto al Padre Damián Bruyel, también comboniano, en la presentación del Domund 2015, el Domingo Mundial de las Misiones, que este fin de semana llegará a todas las parroquias con la finalidad de dar a conocer las misiones católicas en el Tercer Mundo y solicitar la colaboración económica de los fieles. Pedro Tardón, párroco de Noreña y delegado episcopal de Misiones de la diócesis, recordó la amplia cifra de misioneros españoles "unos 13.000, que trabajan en 1.109 territorios de misión y entre ellos tenemos 174 misioneros asturianos, 104 mujeres y 70 hombres". La media de edad de estos asturianos misioneros es "de 75 años y su primera función es la evangelización, pero a la vez la promoción humana en esos lugares, construyendo hospitales, escuelas, capillas o pozos de agua".

Damián Bruyel, natural de Lugo, se hizo sacerdote comboniano -la congregación fue fundada por Daniel Comboni (1831-1881), obispo de África Central-, y ha trabajado en México Costa Rica y Guatemala. Particularmente trabajó -y les dedicó varios libros- con los indios Chimantecos, grupo étnico situado al sur de México, cerca de Chiapas. Bruyel explico el lema del Domund de este años, "Misioneros de la misericordia, que el o mismo que decir fraternidad o compasión".

Teresa Monzón, manchega de La Puebla de Almoradiel (Toledo) -posiblemente el pueblo de don Quijote "que Cervantes no quiso nombrar", se unió en al movimiento de los combonianos, estudió Antropología y y se fue a la República Centroafricana, donde se ha tropezado con dos golpes de estado y una guerra civil. Trabajko como coordinadora de una parroquia y en la docencia.