El sacerdote Luis González Morán reconoce que las piedras de San Juan El Real son hermosas pero opina que "lo más importante es la vida que ha germinado entre ellas". Esa reflexión fue una de las que hizo durante la presentación del libro "La basílica de San Juan el Real, cien años en el corazón de Oviedo", publicado con motivo del centenario de la parroquia y que ayer fue presentado en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. González Morán advirtió, refiriéndose a los feligreses, de que "la pasividad religiosa es nuestro cáncer más ulceroso" y que "la parroquia debe abrirse a los demás". Aprovechó también para anunciar que el día 16 de noviembre la comunidad de San Juan recordará a uno de sus párrocos más populares, el fallecido Fernando Rubio, con una charla.

González Morán, que es abogado y que fue profesor de Bioética en Comillas, se refirió al libro "La Basílica de San Juan el Real, cien años en el corazón de Oviedo" como a "una historia del alma de San Juan". Ayer, en el centro cultural de la Fundación Cajastur-Liberbank, estuvo acompañado, además de por un numeroso público, por el párroco de San Juan, Javier Suárez; por el coordinador de la catequesis parroquial, Javier Ibisate, y por el periodista Esteban Greciet.

El actual párroco, Javier Suárez, había iniciado el acto repasando los nombres de quienes han colaborado en la redacción de la monografía y agradeciéndoselo. El catequista Javier Ibisate repasó las actividades pastorales de los últimos ochenta años. "La parroquia siempre ha sido mi segunda casa, la primera según muchos", admitió Ibisate, cuya vinculación con San Juan se inició en la infancia y ha continuado a lo largo de toda su vida. Está casado con una catequista de la misma iglesia y tiene dos hijos bautizados en la misma parroquia.

Entre las personas que han colaborado en el libro sobre San Juan está Esteban Greciet, articulista de LA NUEVA ESPAÑA. Ayer se remontó a los orígenes de la parroquia, recordando que inicialmente se extendía por todo el centro, más allá del Corazón de María. Greciet evocó los años de la posguerra. "Los niños que correteábamos por los alrededores de San Juan éramos felices: eran tiempos de ruina y miseria pero los niños no conocíamos otra cosa", contó. Aludió a la persecución religiosa de los años 30 del pasado siglo y al florecimiento espiritual y de vocaciones tras la Guerra Civil, junto al "retorno a una moral muy restrictiva".

A lo largo del acto salieron a relucir los nombres de algunos de los sacerdotes que se hicieron cargo de la parroquia a lo largo de su historia. Entre ellos, González Santos destacó a "dos colosos", que son Fernando Rubio Bardón y Benedicto Santos López. Greciet también mencionó a Hermógenes Lorenzo, a que definió como a un cura de "gran sensibilidad y una fe a prueba de bomba" de la que, según el periodista, había dado pruebas en Mieres.

El acto acabó con un breve concierto de la Schola Cantorum de la basílica de San Juan y a la puerta de la sala se ofrecían ejemplares del libro sobre San Juan, que ya está a la venta.