"Trabajar, trabajar y trabajar", eso es lo que han hecho Andrés Llano y Ceferino Díaz para llegar tan lejos. Ellos, dos antiguos trabajadores de Ensidesa, fundaron hace veinticinco años Electricidad Llano, un aniversario que celebraron ayer con una fiesta en la que se reunieron más de cuatrocientas personas, entre familiares, amigos, trabajadores, proveedores y clientes.

Electricidad Llano, según cuentan sus propietarios, ha sobrellevado los malos tiempos y su plantilla ha seguido creciendo a pesar de la crisis. Ahora cuenta con 140 trabajadores y su actividad se extiende más allá de las fronteras españolas, por Francia y algún otro país.

Fue Andrés Llano el que dio el primer paso. Electricista de Ensidesa, empezó a trabajar por su cuenta para los amigos. Un año después se le unió su cuñado, Ceferino Díaz. El negocio iba bien y juntos crearon una sociedad. "Todo a base de trabajar, porque yo no tengo estudios, no tengo más que la universidad de la vida", afirma Andrés Llano. Su cuñado corrobora sus palabras: "Empezamos sin nada".

La empresa de Llano y Díaz se dedica a las instalaciones eléctricas, pero también a los equipamientos de climatización y a los sistemas contra incendios.

Andrés Llano cuenta que uno de sus primeros clientes y de los más fieles es la cadena asturiana de supermercados Alimerka. "Hice la instalación de la segunda tienda que abrieron y a partir de ahí la de todos los demás locales", explica. Y a ese cliente le siguieron otros muchos, aquí y más allá de la región. "Para un negocio como éste Asturias se quedaba pequeña", según los dos socios.

Ahora piensan ya en el relevo al frente de la empresa. Sus dos hijos, Yolanda Llano y Carlos Díaz, ya trabajan en el negocio, pero el futuro está por decidir, según los propietarios. La tercera generación, aún en edad escolar, también correteaba ayer por la fiesta.

La celebración tuvo como escenario el hotel Ayre, en el edificio de Calatrava en Buenavista, y fue organizada discretamente. Hasta el último momento se guardaron algunos detalles en secreto, con los que se proponían sorprender a los dos fundadores.

Empezó con un coctel y una cena y acabó con un baile con música en directo. Y en el transcurso de todo ello, Andrés Llano y Ceferino Díaz recibieron las distinciones con las que sus familias y sus trabajadores les obsequiaron por sus 25 años al frente de la empresa y disfrutaron de un vídeo corporativo, sobre los orígenes y la historia de la compañía. "Son el alma de la empresa", les reconocía Yolanda Llano.