Dicen algunos polifacéticos que pocos deportes hay más difíciles que los bolos en modalidad de cuatreada. Sin embargo, hay quien se empeña en echar por tierra esa teoría y un ejemplo perfecto es Abelardo López. Este poleso consiguió en tan sólo cuatro meses convertirse en el mejor jugador de Asturias aficionado, después de poner fin a más de 15 años de inactividad en un juego que descubrió cuando todavía era un niño.

Fue a finales de los años noventa cuando Abelardo, al igual que otros muchos jóvenes de su quinta, descubrió los bolos de mano de la peña El Biche de Pola de Siero. Entonces participó durante algo menos de dos años en torneos oficiales sin mucha fortuna. "Sólo llegué a disputar partidas de equipos, pues en categoría individual siempre quedaba fuera en las rondas clasificatorias", recuerda el roscador, que ahora cuenta con 28 años.

Sobre los motivos que le llevaron a abandonar la cuatreada, apunta directamente a los aspectos propios de la adolescencia. "El hecho de que tuviésemos dos días impuestos para entrenar nos generaba pereza porque por entonces jugábamos al fútbol y empezábamos a salir", confiesa López, que se basa en esos mismos argumentos para explicar su vuelta a las boleras. "Ahora que tengo libertad, en vez de ir dos días voy tres y lo disfruto más", apunta.

Su vuelta a los ruedos bolísticos se produjo por casualidad el pasado verano. Un grupo de amigos que también había jugado en su juventud le propuso ir a tirar unas bolas a la bolera de la peña El Arenal de Pumarabule. Allí descubrió que sus cualidades no sólo seguían intactas, sino que incluso habían mejorado. "Comprobé que no había perdido la técnica y que se me daba bastante bien después de tanto tiempo", comenta.

A su iniciativa se sumaron otros dos amigos y exjugadores de las categorías inferiores, los hermanos Pablo y Juan Villanueva. Curiosamente, este último sería su rival en la final del Campeonato de Asturias de aficionados celebrado en la bolera de Pumarabule el pasado sábado. "Pensábamos que no teníamos opciones tras tanto tiempo de parón, y fuimos avanzando rondas hasta llegar a la final", narra López, que finalmente se impondría en la partida por el título por 12 juegos a cinco.

No obstante, unas semanas antes ya dejaron su carta de presentación en el circuito bolístico al cuajar una gran actuación en el torneo provincial de tríos, celebrado en la bolera gijonesa de Contrueces. Superamos dos rondas, nos eliminó la potente peña Villa La Sidra-Titi de Pruneda y recibimos 100 euros de premio", cuenta sobre una situación que les parecía impensable apenas unos meses atrás.

Este exitoso e inesperado retorno supone también un impulso para la histórica peña El Arenal, presidida por Bernabé Hevia, que con estas incorporaciones refuerza su plantilla para la próxima temporada. "Esperamos estar a la altura porque la intención es seguir jugando durante mucho tiempo", advierte este jugador que a su edad todavía tiene mucho porvenir en un deporte como la cuatreada en el que muchos jugadores aguantan en la élite hasta bien entrados en años, y otros, como es su caso, encuentran un refugio tras dejar otras actividades como el fútbol.