"No es posible eliminar el miedo, y probablemente sea innecesario", afirmó ayer Fernando Albuerne, psicólogo y voluntario del Teléfono de la Esperanza, en el marco de una conferencia pronunciada en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. En un salón de actos que rozó el lleno, el que fuera profesor de la Universidad de Oviedo señaló que en los últimos tiempos han cobrado mayor protagonismo "los miedos al diferente, al extraño, al extranjero, al que no es como yo". La consecuencia es que pierde la hospitalidad y gana la hostilidad, señaló Albuerne, en una charla de título largo ("Cómo ir en línea con la vida, con lo que llega, atreverse a lo nuevo que surge"), que forma parte del ciclo "Frente al miedo, atrévete", organizado en colaboración con el Teléfono de la Esperanza de Asturias.

El profesor Albuerne dio al inicio de su intervención una definición de miedo que sirvió para contextualizar sus posteriores reflexiones: "Es una emoción que tiene un valor adaptativo, que nos ayuda a sobrevivir". A continuación hizo algunas recomendaciones prácticas, como "identificar" al miedo, "llamarlo por el nombre". En varios pasajes de su intervención, el ponente recurrió a citas literarias. Una de ellas, particularmente sugestiva, de Rainer Maria Rilke, extraída de "Cartas a un joven poeta": "Todos los dragones de nuestra vida quizá no sean más que princesas encantadas que esperan vernos hermosos y valientes. Todas las cosas aterradoras quizá no sean más que seres desvalidos que esperan nuestra ayuda".

Fernando Albuerne puso de relieve que los seres humanos "no somos imprescindibles, y esto no sitúa ante una enorme vulnerabilidad". Entre los momentos de incertidumbre, destacó el paralelismo que se observa entre el primero y el último, el del nacimiento y el de la muerte. "Todo cambio comporta decisión, soltar, entregar, ganar, riesgo, confianza, incertidumbre, miedo", apostilló.