Marina Pollán trabaja en el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y forma parte del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), en el que ha capitaneado una investigación que avala el valor protector de la dieta mediterránea frente al cáncer de mama y que ha merecido el premio "Luis Noé Fernández", que ayer entregó en Oviedo la Fundación Alimerka. Antes, por la tarde y en el campus del Cristo, Pollán dio cuenta de algunas de las conclusiones más interesantes de su investigación.
-El del GEICAM no es el único estudio que relaciona dieta y cáncer.
-Hay muchos estudios. Lo que tiene más interés es estudiar patrones de dieta y eso es lo que hemos hecho. En el GEICAM identificamos diferentes patrones de comida: uno accidental, con más grasas saturadas, carne..., que se asoció con un mayor riesgo de padecer cáncer de mama; otro patrón llamado prudente, con el que no establecimos ninguna asociación; y la dieta mediterránea española, con frutas, verduras, legumbres, mucho pescado..., que se ha relacionado con una reducción muy importante del cáncer de mama entre las mujeres que la seguían. La originalidad de nuestro estudio es que somos los primeros en dividir los resultados por subtipos y comprobar que el efecto de la dieta mediterránea es especialmente notable en los cánceres que llamamos de triple negativo.
-¿Quiénes han participado en ese estudio?
-Yo soy la coordinadora y ha contado con la colaboración de veintitrés unidades de oncología médica repartidas por todo el estado español. Estudiamos dos mil parejas, formadas por una mujer con cáncer de mama junto con una mujer sana.
-¿Hay investigadores asturianos?
-No, es de las pocas comunidades que no están presentes.
-Lo que han demostrado es que la dieta mediterránea previene el cáncer de mama.
-El estudio muestra que depende de cómo comas y de cuánto comas, la relación entre obesidad y cáncer de mama está muy demostrada.
-¿Y una vez declarado el cáncer? ¿Tiene algún efecto?
-Sobre eso hay menos estudios. Lo que parece lógico es que lo que es bueno para prevenir también tiene que serlo para mejorar la enfermedad. Sí se sabe con certeza que con obesidad el pronóstico es malo, no con sobrepeso sino con un índice de masa corporal de treinta o más.
-¿Cómo está evolucionando la incidencia del cáncer de mama en España?
-El pronóstico cada vez es mejor, por los avances en el tratamiento y por que todas las comunidades autónomas disponen de programas de detección precoz. En el 90 por ciento de las mujeres con cáncer de mama la supervivencia es de más de cinco años. Aumenta el número de casos, algo lógico porque la sociedad envejece: en España se producen unos 25.000 casos al año y la dieta es uno de los factores en los que podemos influir. Hay otros, pero resultan más difíciles de modificar: es complicado que las mujeres tengan más hijos y empiecen a tenerlos más jóvenes.
-¿Existen superalimentos contra el cáncer?
-Eso, en el cáncer de mama, es un mito. Los antioxidantes parecen ser buenos pero los estudios hechos en humanos no dan resultados concretos. Y el caso es que nadie se alimenta solo de brécol. Lo que ayuda es un estilo, una de forma de comer, evitando alimentos de alta carga calórica. Ayuda en el cáncer de mama y en otros tipos de cáncer.
-¿Y alimentos nocivos?
-La evaluación de la carne roja y los alimentos procesados hecha pública recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) los relacionan con el cáncer colorectal y también podría ser nocivos para otros cánceres. No hay panaceas, el único alimento que ha probado su efecto protector es el aceite de oliva virgen, en crudo, que es como lo evaluamos.
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