Que era el último Pleno del año no sólo se notó en los asientos vacíos de los invitados, en la hora escasa que duró la sesión o en las felicitaciones navideñas de unos a otros. Se notó en el ambiente, mucho más distendido que en otras sesiones, por mucho que no faltara la clásica alusión de Rubén Rosón a Caunedo a cuento de su imputación en la trama del agua. En su estrategia para buscar la foto, esta vez el edil podemista fue original: plantó una pizarra de papel en medio de la sala y se puso a explicar al resto de concejales las ordenanzas. Para argumentar las bonificaciones a las familias numerosas, Rosón confesó: "Creo en el amor". Luego, Luis Pacho hizo lo propio, no fueran a pensar mal: "Ciudadanos también cree en el amor". Sabido queda.