Los estorninos se han ido del Campo San Francisco asustados por extraños ruidos y luces proyectadas en el suelo, pero han buscado refugio en los árboles del oeste de la ciudad. Sobre todo en Llamaquique y Buenavista, donde los vecinos denuncian que desde hace unos días "está todo lleno de heces de pájaro".
Los ven, o mejor dicho, los oyen, al caer la tarde "a eso de las seis y media". José Valladar incluso llegó a asustarse un poco. "Iba caminando cerca del Instituto Aramo cuando oí un ruido tremendo. Miré para arriba y estaba llenísimo de estorninos". Para este vecino de la zona, la escena no tenía nada que envidiar a una de "Los pájaros" de Hitchcock así que apretó el paso. Lo mismo le sucedió a José Antonio Fernández, otro ovetense que los ve "día sí y día también estas navidades" en el entorno de la calle Valentín Masip y "Villa Magdalena".
Los profesionales de "Saniastur", una empresa de Avilés, y de "Locus Avis", de León, son los encargados de expulsar de Oviedo a estos pájaros. El Ayuntamiento contrató sus servicios por 18.000 euros y su trabajo no estará acabado hasta que se vayan definitivamente. La empresa ya tiene experiencia en combatir a los estorninos. Lo hizo en Gijón y Avilés y en otras muchas ciudades de España y acumula ya quince años de experiencia ahuyentando estorninos.
Un par de hombres recorre la ciudad desde el 21 de diciembre cargados con un altavoz y un proyector. Su objetivo es alejarlos e incomodarlos con el ruido y las luces para que abandonen el Campo. Los ruidos y las luces empiezan a la caída del sol, que es cuando los pájaros regresan para pasar la noche. Unas horas después, de madrugada para no molestar a los viandantes, la patrulla suelta un águila de Harris que termina de meter el miedo en el cuerpo a los pájaros
Los estorninos llegan a España desde el Norte de Europa en busca de temperaturas cálidas. Aunque los expertos aseguran que su presencia masiva en Oviedo no está vinculada con el cambio climático o el ascenso de las temperaturas este invierno.