Los alcaldes de varios ayuntamientos asturianos, entre ellos los de las ciudades de más tamaño de la región (Oviedo, Gijón y Avilés), se juntaron ayer en la capital para brindar por la Navidad, una tradición que se repite desde 1979 y que, de alguna manera, simboliza la unión de todos en un objetivo común: tratar de mejorar la vida de los asturianos.

Este año el chin chin tocó en el Ayuntamiento ovetense, en una sala dispuesta con tres mesas, champán y bombones, varios de ellos decorados con el escudo de la ciudad. Allí, durante una hora escasa, se habló de retos y deseos y se coincidió, por encima de todo, en un mensaje: hace falta más diálogo y más consenso entre ellos, los ayuntamientos, para luchar contra la crisis que, señalaron, dista mucho de ser un "recuerdo lejano".

O sea, que la crisis sigue aquí, que todavía hay "muchas" familias que están en paro, comerciantes con temor al final de mes y personas que viven de la pensión de sus abuelos. Que las estadísticas pueden decir que la cosa va poco a poco a mejor, que irá a más, pero que ahí, en sus concejos, en sus calles, la realidad todavía cuesta y que, por eso, sigue siendo necesario combatirla; combatirla con más diálogo, más cooperación y más consenso entre ellos, que son los dirigentes más próximos a los vecinos.

La idea de seguir trabajando para que las familias desfavorecidas mejoren su situación se vio nítidamente condensada en una frase del alcalde de Oviedo, Wenceslao López, el último en intervenir, como anfitrión que fue: "Más que crecer, tenemos que preocuparnos por sostener lo que hay", y habló de caminos en los pueblos, de que lleguen a todos servicios básicos como el agua o la luz y del medio ambiente. El sentido conservador (por prudente) de la afirmación expresó, de alguna manera, el mensaje: algo así como que antes de mirar para arriba hay que asegurarse de que los de abajo estén bien.

Eso fue lo que se concluyó de la breve intervención de Carmen Moriyón (Foro), alcaldesa de Gijón, que pidió para el año nuevo que los Ayuntamientos tengan "muchos aciertos" para resolver los problemas de la gente: "Debemos llegar a todos pero, prioritariamente, a todas las familias en paro, comerciantes con el agua al cuello o familias que siguen viviendo de una pensión", dijo.

También Mariví Monteserín (PSOE), regidora de Avilés, habló en ese sentido, admitiendo que "hubo momentos para la indignación" pero que ahora "hace falta el entendimiento constructivo". ¿Y eso qué es? "Construir soluciones para todos y propuestas para atender a los vecinos", reveló.

En el acto, celebrado a primera hora de la tarde en el consistorio ovetense, intervinieron ellos tres, los alcaldes de las tres grandes ciudades de Asturias, y también el de Navia, Ignacio García Palacios (PSOE), en calidad, eso sí, de presidente de la Federación Asturiana de Concejos (FACC). Palacios dijo que la crisis es "todavía un drama cotidiano", pidió reforzar "nuestra cultura del diálogo" y aseguró que si estaban todos allí era porque "nos une más de lo que nos separa".

Y allí, en la sala que el gobierno local utilizar para oficiar las bodas civiles, sí que estaban muchos representantes municipales. Concretamente los de ocho concejos: Oviedo, Gijón, Avilés, Siero, Las Regueras, Mieres, Ribera de Arriba y Riosa. Sólo faltaron, de los invitados, los de Morcín, Grado, Langreo y Santo Adriano. También hubo representación de los cinco grupos del Ayuntamiento ovetense, de Somos al PP, de IU a Ciudadanos.